PUEBLO DE MUJERES  (fragmento)

Como ocurrió en el caso de Andrea, el cual para todas fue muy motivante.

            Era una mujer quien a pesar ser muy abnegada, igual quedó abandonada, nada menos con  tres hijos a quienes debía mantener.

            Después de ocho años de espera continua, aún seguía mal viviendo, saliendo adelante como podía, buscando  sacar con bien, la familia que quedara con ella.  

            El marido un buen día también anunció se iba. Lo hizo realidad y se fue.

            Después eso transcurrieron ocho interminables años, en los cuales estuvo sobreviviendo como pudo,  sin siquiera recibir una carta, mucho menos un llamado que le hiciese saber ya podía ir a reunirse con él.

            Cuando las vecinas preguntaban, explicaba cuando el hombre migró a los USA, el pretexto fue, se iba para buscar una mejor oportunidad de trabajo, pero en cambio la única realidad que había vivido durante todo ese tiempo, era haber sido ella, quien sacara adelante sus tres hijos, sorteando un sinfín de dificultades.

            Triste y apabullante realidad, pues quien fuera su marido, el papá de sus chamaquitos, simplemente desapareció de todo a todo. Encontrarse sin saber qué hacer, la llenó primero de agobio, luego con  el paso de los días, entró en la etapa de salir a relucir el resentimiento contra quien ni una carta escribía, para al final, no olvidarlo, porque decía ella, no era posible, pero ya le valía, pues como también aseguraba, ahora le importaba una pura y dos con sal.

            Si algún día el tal fulano se apareciera, como se veía ya ni siquiera mencionaba su nombre, no sabía qué fuera decir, dado estaba en un impasse de recelo,  sin lograr definir bien a bien el sentimiento que ahora embargaba su corazón, por saberlo tan irresponsable…  Hasta decía…  De seguro con tanto tiempo como había pasado, ya ni se acordaría dejó por acá una familia.

            Realista aseveraba… ¡Se hizo ojo de hormiga…! Aunque un día, algo sobre aquél sujeto llegó a saberse, aunque fue de trasmano…, de parte alguna gente que lo pudo ver, cuando andaba por allá, vestido con ropa de marca, zapatos caros con piel de cocodrilo y eso sí,  muy quitado de la pena, gozando a las claras de cierta prosperidad…

            Fue el mismo pollero que lo llevó. A éste se le había visto seguir viniendo para juntar nuevos integrantes de grupo, con más aspirantes a migrar, con el fin de llevarlos a trabajar al otro lado. Cuando se le  preguntaba, eso allá muy al principio, si por casualidad supiera dónde andaba, afirmaba no podía afirmar exactamente dónde pudiera haber quedado.  Él cumplía su trabajo y éste terminaba al dejarlos más allá de la frontera.

            Después no era de su incumbencia el andar indagando a ver qué tanto más cuánto hicieran. Entendieran, eso era cuestión de cada uno. Al quedar allá, todos buscaran el modo como se rascarían con sus propias uñas… Él se venía de regreso y fuera Dios quien ayudara a todos cuantos él cumplía con pasar al otro lado.

            En pocas palabras, deslindaba de quienes se iban. Tenía razón, les perdía la pista, entonces…,  sabría Dios dónde y con quién quedarían.  

            Sólo añadió, lo último que había sabido de él, fue cuando según eso, estuvo trabajando cerca de un poblado de California llamado Chico, más arriba de Sacramento.     Pero luego le perdió la pista.

            De ahí en más, imposible saber dónde hubiera quedado instalado.

            Andrea, ya se entiende, se dio cuenta, era una más, de las tantas mujeres que se quedaban a vivir en el abandono. Pero era luchona, si tenía qué alimentar sus hijos, debería salir adelante, así en cuanto veía una oportunidad de ganar algo, para pronto buscaba hacerla realidad en su persona.

            Estuvo conversando con Marina.  Afirmaba que primero  pensó si tal vez, algo le hubiera pasado al marido, qué sé yo, una enfermedad, algún accidente o cualquier otro motivo grave, como sería si se lo hubiera cargado la migra y estuviera preso, motivo que ella pensaba sería suficiente,  por lo cual no escribiría, pues según contaban, estaría impedido para hacerlo.

            Pero un buen día supo por alguien que lo había visto en otra parte.

            Ese lo reconoció y hasta conversó con él. Fue como se enteró, estaba viviendo en Visalia, un poblado cerca de Fresno, California.

            Lo terrible fue cuando al ahondar la charla, fue sabiendo que su esposo, ya contaba en ese tiempo con otra pareja, una mujer que al parecer hasta dos hijos con ella había engendrado.  ¡Entonces se consolaba con otra…!

            Si fue horrible saberlo, peor sería tratar de ocultarlo a los hijos, a quienes había siempre explicado, cuánto se estaba sacrificando su padre, al irse a laborar en tierra extraña. Pero ellos crecieron, las lenguas hablan, los antes niños escuchaban y como no son tontos, entendían una verdad tan simple, como que su padre los había abandonado…           Así muchas dudas se fueron incubando…, al conocer la verdad escueta.

            Ya no podía seguir alimentando la primitiva mentira. Si bien tampoco quería cuando llegasen a saber toda la verdad, que los hijos reclamaran tanto a ella por no haberlo dicho, como al progenitor por haber hecho lo que hizo, pudiéndose con sólo lo viesen llegar de regreso, hasta meterse en una confrontación, en la cual alguien pudiera salir dañado.  Vaya si se sintió en un dilema, pues tan mal una cosa como otra… 

            Andrea en cuanto se vio en dicha condición de indefensión, de momento resolvió su situación, regresando a vivir de arrimada a la casa de sus progenitores. 

            Con eso logró al menos, no tener qué pagar más el alquiler de la casa, donde cuando estaba su marido estuvieron viviendo, el cual aunque muy módico, de todos modos significaba desembolsar un gasto.

            Por desgracia para ese entonces nada sabía hacer, pues nada había aprendido a realizar,  por haberse casado muy chica. Como decía,  ya no le dio tiempo para eso. 

            Por lo cual explicaba, con sus padres ayudaba cuanto podía, pero manteniéndose siempre esperanzada,  a ver si el hombre que se fue, pronto regresara y volviera con ella, para conformar una familia…

            Siguió padeciendo penurias hasta cuando supo, había posibilidad de aprender algo en qué ocuparse, para salir adelante por sí misma.  Para pronto se puso en contacto. Sabía de las mujeres que propiciaban acciones, para ayudar a salir del marasmo. Siendo una más de aquellas mujeres que quedaron solas, pensó entenderían, el grave dilema que vivía.

            Al entrevistarse con Marina, ésta solícita le preguntaba…, por estar enterada como todas las del pueblo, de cuál era el origen de sufrimiento de quien venía a visitarla. 

            - ¿Y la otra…? ¿Y esos hijos que ahora ya tuvo…?

            A lo cual Andrea resignadamente solo esbozaba una triste sonrisa al responder…

            - Eso es algo en lo que no he podido pensar…, pues honestamente ni he querido hacerlo. No sé qué irá pasar cuando lo vea, sólo sé, guardo mucho rencor contra ese irresponsable que fue mi marido.  Me engañó, me abandonó junto con los hijos que yo le di…. ¿Y a ver ahora…?  De todos modos he procurado que le sigan guardando cariño, porque me he callado todo y nada he dicho de la triste realidad en que nos dejó al abandono. Aunque ya ni estoy segura que no sepan todo, dado en el pueblo, qué difícil es conservar un secreto -  Luego, sintiendo debe sacar lo que duele, especifica…

            - Esa mujer con quien está viviendo, entiendo no tiene la culpa. Ella debe ser también víctima de ese maldito. De seguro para convencerla, ha de haberse presentado como si fuera soltero. Por eso cuando regrese, si es que lo hace, ignoro qué vaya pasar, no creo pueda perdonarlo y recibirlo como si nada hubiera conocido de sus andanzas.

            Porque ahora, luego estos ocho años que pasaron, como que ya me hice a la idea y ahora más bien estoy convencida, me vale un soberano cacahuate cuanto diga o piense.

            Con honda nostalgia afirmaba…

            -  Destrozó el matrimonio que comenzó con tan felices augurios.  No lo odio, aunque no niego,  tampoco me sea indiferente.  

            Cuando me fui con él, lo hice por amor, si se hubiese necesitado, hasta hubiera pedido limosna, con tal ayudarle en todo…,  pero éste quedó rebasado cuando entendí, si yo tuve ese sentimiento, para nada él sintió lo mismo… 

            Ahora sí resumía sus sentimientos, entendiendo la estaba comprendiendo…  

            - Mis hijos y yo nada tenemos que agradecerle. Si acaso haya sido é, quien los engendró, de ahí en más, se quede con su güera y Dios que los acompañe, porque de mi parte lo he perdonado,  pero mejor se mantenga lejos, se siga por allá y no venga a causar más complicaciones por acá.   Ya nos hizo mucho daño, espero en Dios nunca regrese, pues no sé bien cómo reaccionaría de sólo verlo.  

            Como éste caso había tantos…, que imposible repasarlos todos.

            Era una realidad saber ahí era sólo un pueblo compuesto por mujeres…, cada una contando y padeciendo una historia,  que podría platicar.

            Ese pueblo entonces, se había convertido en tan sólo un conjunto de casas, las cuales no contaban con un hombre, quien como se supone ser lo normal, fuese quién aportara un  dinerito para seguir viviendo, aunque fuese pobremente.

            Sin fuentes de trabajo y sobre todo sin esperanzas, ante las injusticias que sufrían, llegaban a la consecuencia de no saber qué hacer, si algo no cambiara en ese entorno. Entonces se iban al extranjero, pensando por allá rehacer su vida… Ah pero si ellos se iban,  por acá dejaban la familia a ver cómo se mantuvieran.  

            Ese pueblo se quedó solo, pero solamente por ya no haber varones.

            En cambio abundaban las mujeres. Estas seguían actuando como ellas saben hacer, tratando optimizar el pobre recurso que lograban obtener, hasta con estar entrando a laborar en algunas casas, para ayudar como sirvientas, a quienes sí tenían con qué pagar el servicio que desempeñaban. 

            En tanto, gracias darse cuenta de cuanto estaba ocurriendo en casa de Marina, más de alguna daba gracias al cielo, porque alguien por fin les abriera los ojos, haciendo ver, podían actuar por sí mismas, claro si lo hicieran, tendrían la ventaja de enfrentar mejor aquella situación absurda  que apabullaba, al no permitir reflexionar, sobre todo por entender, los más perjudicados venían a ser seres inocentes, como eran los niños y sobre todo las niñas… ¡Sus hijos…!

            Todos los pequeños gracias su ingenuidad, vivían en ese mundo de fantasía que es la infancia, como buenos pequeños, corren, juegan y hasta se pelean, porque para ellos la vida es bella…, los sufrimientos los consideran naturales, nada entienden del porquése suceden  las penalidades…        ¿Las penurias y escasez…?  

            De eso igual nada entienden… ¡No lo captan, al menos hasta ese momento…!

            ¡Todavía sueñan pensando, cuanto viven de malo, se acabará de repente, algo así como por milagro…! Son los sueños infantiles, en los cuales todo puede suceder, aunque en realidad nada ocurra.  

            Es lo peor, porque llegará el día cuando deban enfrentar una realidad, que será más apabullante, cuando entiendan que si vivieron así, fue por culpa del padre quien simple y llanamente los abandonó.         Por ello las madres desesperan, sabiendo no saber cómo acabar con aquella situación desesperante en la cual viven

            Quisieran para ellos otra vida, con otro tipo de vivirla y sin embargo, se ven hundiéndose cada vez más, conforme los pequeños al crecer, van requiriendo mayor atención de parte suya.

            Es que cuando el hombre se aleja del hogar, todo cambia y complica.

            La desintegración familiar es evidente. Las diferencias sociales, que antes apenas si se veían someramente, por estar en general viviendo todas en una misma situación, ahora se notan más, haciendo que las diferencias sean cada vez más pronunciadas.  Las que viven en los hogares donde sí se reciben remesas, saben bien, son afortunadas, y su cambio de vida hace más notorio el retraso que están viendo, sufren aquellas que dejaron al abandono.  

            En cambio las familias que quedaron en el abandono entienden, el repudio de quien debió ver por ellos… ¡Golpea…!  ¡Y duele demasiado…!

            Si eso es en general, las damas entienden, sus niñas siendo mujeres, aunque no se crea, por las charlas entre amiguitas, sueñan desde ahora con irse también por allá, donde un sueño desconocido tanto les atrae. Imaginan encontrar un hombre, que las haga felices, les compre una casa y las tenga como reinas…

            Quimeras de chicas, que todavía no han conocido la maldad, encarnada en un hombre que las dañe y derrumbe por los suelos sus sueños y fantasías…

            Se dicen, lo harán atravesando las fronteras por partes difíciles, donde muchas no niegan saber, estarán en un dilema, pues de una parte esperan no ser vejadas, y por otra, quieren salir triunfadoras en la empresa que emprenderán.  ¿Y los peligros…?

            Saben eso es algo inherente al sueño que se han ido forjando.

            Esperan sortearlos, como tantas veces se cuenta lo hicieron otras que intentaron el sueño, olvidando muchas no lo alcanzaron, pero inconscientemente en su ingenuidad piensan,  a ellas nada pasará.

            Así en cuanto puedan lo intentarán, con la consecuencia muchas terminarán siendo presa de alguno de los mil peligros como representa tanto el hacer el viaje, como igual también la llegada y acomodo subsecuente, por tener qué  llegar y acomodar en adelante en un sitio desconocido, con gente que nunca han tratado y sin entender mucho, dado es un lugar,  donde hasta el idioma es distinto.

            Esos son algunos de los problemas, entre cuántos más pasarán, al aventurar e irse de indocumentadas, para luego, no es difícil predecir, hasta correr el peligro de caer en las redes de alguna de tantas mafias como proliferan por todos lados, las cuales en apariencia no existen, pero ahí están bien latentes, haciendo la vida de la mujer, todavía más complicada de cuanto en realidad ya lo es.  

            ¡Y sin embargo, pretenden realizar el viaje…!

            Saben se irán a la buena ventura.  Ellas no tanto buscando los dólares que tanto atraen a los varones, sino pretendiendo encontrar por allá, un compañero que les brinde poder vivir otro tipo de vida, diferente a la pobreza que fozosamente han debido soportar, por haber nacido en este pueblo.

            No saben dónde, pero entienden será en alguna parte donde abunden los hombres, de los cuales… ¿Por qué no…? Saben por allá se van muchos, no es difícil a ellas les pueda tocar elegir alguno con quién se puedan casar y tener unos hijos, que nacerán en el extranjero, donde dicen hay de todo. A manera ya desde ahora sueñan, de darse en la práctica, eso permitirá vivan en otra forma muy distinta a la suya como han llevado acá, sin tener qué estar trasegando a diario, en medio de una vida completamente llena de carencias, como ha sido el hogar donde ellas mismas han ido creciendo.

            Es sabido, las mujercitas desde pequeñas, saben qué quieren…, ellas despiertan primero a la vida que sus pares varoncitos. Eso es muy cierto.   Ya apenas al contar con pocos años, como la mujer madura más temprano, sienten estar listas para  entregarse a un hombre, no importa quién sea, con tal las saque cuanto antes de este pueblo, donde las mujeres abundan, pero faltan los varones…

            Y sus anhelos, van hacia ellos y de ser necesario, ¿Por qué no…?  Irán a buscarlos…

            ¡Aquí no hay hombres…, allá sobran…,  así de fácil…!

            Como mujeres, se sienten en la necesidad de conseguir alguno…

            ¡Sólo ignoran cuál será…! Es por eso, de momento no les causa zozobra el irse a laborar a otro lado, aunque sea, piensan ellas, metiéndose a servir en alguna casa en la ciudad vecina, algo que hacen cuando no pueden engancharse con algún pollero que las lleve al otro lado. Ganar un poquito de dinero, para pagar el viaje, se convierte para ellas por igual en un sueño anhelado.

            ¿El resultado…? Por desgracia debe decirse, a muchas les desgracian la vida. Las convierten en madres solteras. Pero ni tienen la edad ni el criterio suficiente, sin embargo, gracias una maternidad temprana, deberán hacerse cargo de cuidar y educar un niño, cuando ni siquiera están preparadas,  para educarse ellas mismas.  

            De llegar ahí, en la casa donde las admitan, no saben cómo deben comportar, creen el hombre piensa  igual como piensan ellas. Lógico, les faltó la figura paterna, con la cual adaptar la conducta femenina, a una realidad que apremiará. Entonces no saben reaccionar ante un acoso que se les presenta entre mieles, al cual ceden, por saber creer ser algo, como en tantas ocasiones han soñado…

            ¡Por eso, muchas se entregan al primer hombre que les canta bonito, pensando hacer lo correcto…! De eso a llegar a concebir un embarazo, no hay más que un paso.    

            Ignoran, eso destrozará su existencia, convirtiéndose entonces en un nuevo descalabro, uno más como han ido viendo, se sucede en lo que va de su corta vida. 

            Les traerá consigo nuevas decepciones. ¡Y toda serie de problemas…!

            Todo porque quien debió ser la cabeza de la familia, se fue, dizque buscando mejorar, pero se olvidó de quienes quedaron atrás.  Creen las familias por estar en el pueblo, estarán bien, sobre todo cuando a las mujeres con quienes ligaron su vida, sin importar haya sido solo en apariencia, quedaron depositadas en casa de la suegra, una situación no tan extraordinaria, que se repite continuamente.

            Como ocurrió con las cuatro nueras de Marina.

            Lo bueno para estas muchachas, porque realmente eso eran todavía, fue quedar encargadas con ella, quien supo comprenderlas, puesto resultó una bendición el recibirlas con ella, por lo cual, en cuanto entendieron su realidad, como si les hubiesen quitado una venda que obnubilaba su vista, pronto captaron qué acciones deberían poner de su parte, para retribuir con las ganancias obtenidas gracias a su esfuerzo, cuanto la suegra entregó sin cortapisas.

            Lo hicieron porque también ellas, simplemente, habían llegado amar a la suegra, quien nunca  champó nada, entregando con mucho,  lo poco que tenía.

            En esa casa, gracias Clara las concientizó, entendieron tenían dos manos, una inteligencia y muchas ganas de no dejarse vencer por el infortunio.

            En otras palabras, como bien dirían,  no estaban maneadas.

            Cierto, antes ganaban algo, no para irla pasando, sino para juntar para un viaje que jamás se daría. Habían ya perdido las esperanzas. Entonces, supieron debían luchar, y lo hicieron, porque una vez organizadas, pudieron ver, ganaban infinitamente más de cuanto hubieran soñado, a modo hasta pudieron otorgarse algunos lujos.

            Cambió la vida de ellas,  pudiendo ayudar a otras mujercitas para beneficiarse.

            Al hacerlo cambió su vida, igual como fue otra la vida que en adelante llevaría  Marina, quien al saber a sus hijos lejos del hogar, sufría el abandono, a la par con aquellas chicas que un buen día se las enjaretaron, sin saber qué ocurriría en el futuro…  

            No eran sus hijas y sin embargo ya las sentía como propias…

            ¡Exquisiteces del corazón humano…! Amor que surge cuando se cuenta con todo un acerbo de amor maternal, a modo a falta de hijos, como aseveran en el pueblo… ¡Cosijos…! Si bien en este caso, la palabra justa sería… ¡Cosijas…! Porque eran damas…

            Y si estaba consciente que las muchachas sufrían a la par que ella, igual sabía  hasta qué grado llegaba el problema para ellas, todo porque un día se engancharon con sus hijos, creyendo en sus promesas, que era obvio, estaba viendo jamás cumplieron.

            Serían los hijos que ella parió, pero como hombres que resultaron, no podía aplaudir su comportamiento.

            Tal vez por eso comprendía qué sentía cada una de ellas,  cuando estaba viendo cómo el hombre con el que se unieron, simplemente se les fue y al parecer, ni esperanzas tenían,  si algún día fuera retornar.  ¡Ay hombres…!

            ¡No entienden que una mujer lo necesita a su lado, no andando por allá, sintiéndose en libertad para hacer cuanto le plazca! Si no se las iban a llevar…

            ¿Entonces, para qué se enredaron con ellas…?

            En su caso, el agobio llegaba por partida doble.  Obvio, si de quien se trata, resulta ser un hijo y éste no está a la mano para hacerle ver el error que está cometiendo, ni modo, una de dos, o se aguanta una,  o busca la manera de prescindir de él…

            Pensar en este caso estaba ella, quien tenía en su haber, nada menos cuatro hijos…          Todos se le fueron…, lo hicieron dejando encargadas con ella, las jovencitas que a últimas fechas trajeron… Por eso piensa… ¡Fue como si se hubieran puesto de acuerdo…! Que hubiera sido uno, pase, ¿Pero los cuatro…? ¿Y todos, trayendo las mujeres que eligieron a quedar con ella…?   Vaya si eso resultaba muy extraño…  

            Ah…, lo bueno, con el ejemplo de abnegación de la suegra, las chicas entendieron, a pesar de todo, siempre había qué seguir adelante. Eso había que entenderlo.   

            El desaliento es algo que sucede y capta únicamente, hasta cuando de verdad una dama  por fin abra los ojos y comprenda en toda su intensidad, cuál sea su verdad…

            Aquí no era difícil entenderlo… ¡Estaban solas…! No tenían un hombre que las viera, así dependían únicamente,  de cuanto ellas mismas pudieran hacer…

            En este caso fue lo que hicieron,  pronto pudieron ver cuánta razón tuvieron.

            Además, como corolario a su actitud positiva, reflexionaron pensando, en su mismo caso encontraban demasiadas mujeres en ese pueblo.

            La mayoría subsistía a duras penas. Y como pasa siempre, en sus charlas se captaba, cómo  indagaban, para ver cómo salir del problema, dejando atrás si pudieran,  esos días infaustos en los que sólo se tronaban los dedos de impotencia.  

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Comentario por juan ignacio arias anaya el junio 20, 2017 a las 2:24pm

Lo peor que luego no regresan

Saludos

Ignacio

Comentario por José Antonio Sifuentes Jaimes el junio 20, 2017 a las 11:29am

Pues es una realidad irrefutable, en nuestro querido México si nos ponemos a indagar hay varios pueblos con esa carga, solo mujeres los habitan, pues hasta los jovenes (Masculinos) emigran fuera buscando mejores alternativas. Saludos amigo y buen atardecer...

Comentario por juan ignacio arias anaya el junio 20, 2017 a las 6:43am

José Antonio Sifuentes Jaimes 

Y los pueblos van quedando convertidos en femeninos,

pues los hombres escaparon de la pobreza reinante 

Saludos 

Ignacio 

Comentario por José Antonio Sifuentes Jaimes el junio 19, 2017 a las 7:48pm

Una historia de como hay muchas, de las mujeres que se quedan esperando en vano alguna respuesta

del amado esposo, querido o amante, que las enamoro y hasta crios les engendro y con la esperanza segun

ellos de mejorar su situación se aventuran a ir mas allá del cerco y pasados algunos atropellos, logran subsistir con trabajos y de lo que dejaron atrás `por completo se olvidan pues el hambre y el antojo de la cálida mujer es mucho y pronto encuentran con quien hallar el consuelo buscado y lo de atrás, pues atrás quedo...

Comentario por juan ignacio arias anaya el julio 25, 2016 a las 6:58am

Ma. Emilia Fuentes Burgos... 

Linda, qué gusto verte, ya ves nuestro rinconcito quedó destrozado 

Pero el amor a las letras, nos hace seguir adelante 

Saludos preciosa y que sigamos siempre unidos 

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