Foros de Cuentos de Hoy - Creatividad Internacional
2024-03-28T15:24:10Z
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LAS DOS ESPAÑAS Ángel Medina
tag:www.creatividadinternacional.com,2020-06-29:3073384:Topic:871960
2020-06-29T10:46:22.883Z
Ángel Medina Martos
https://www.creatividadinternacional.com/profile/AngelMedinaMartos
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<p><strong>LAS DOS ESPAÑAS Ángel Medina</strong></p>
<p><strong> </strong></p>
<p> </p>
<p>“Ya hay un español que quiere</p>
<p>vivir y a vivir empieza,</p>
<p>entre una España que muere</p>
<p>y otra España que bosteza.</p>
<p>Españolito que vienes</p>
<p>al mundo te guarde Dios.</p>
<p>Una de las dos Españas</p>
<p>ha de helarte el corazón.”</p>
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<p> Los versos de nuestro poeta y filósofo, el inmortal Machado son como un bisturí…</p>
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<p><strong>LAS DOS ESPAÑAS Ángel Medina</strong></p>
<p><strong> </strong></p>
<p> </p>
<p>“Ya hay un español que quiere</p>
<p>vivir y a vivir empieza,</p>
<p>entre una España que muere</p>
<p>y otra España que bosteza.</p>
<p>Españolito que vienes</p>
<p>al mundo te guarde Dios.</p>
<p>Una de las dos Españas</p>
<p>ha de helarte el corazón.”</p>
<p> </p>
<p> Los versos de nuestro poeta y filósofo, el inmortal Machado son como un bisturí que rasga con la palabra desnuda. Mas, siendo demasiado serios tratemos de expresarlos con cierto desenfado.</p>
<p>Hay relatos de difícil comprensión cuando se quiere ahondar en su literalidad. En el momento que dos partes se oponen diametral y visceralmente, los argumentos de una son rechazados con un “tú más”, y así no hay manera de entenderse. Por eso, en ocasiones hay que arroparlas con ciertas pinceladas poéticas. Y es que la política se ha metamorfoseado no pocas veces en un espectáculo grotesco.</p>
<p> </p>
<p>Los conceptos derecha e izquierda nacieron de la insurrección francesa. Los diputados de la Asamblea se dividieron en dos grupos enfrentados. De un lado estaba la “Gironda”, que se situó a la diestra del Presidente, y del otro la “Montaña”, a la siniestra. Los primeros deseaban restaurar el orden monárquico, en tanto que sus oponentes se decantaban por el revolucionario, concluyendo con la época del Terror.</p>
<p>Parece como si los líderes se hubiesen vaciado de ideas, y tal predijo Marx, lo que impera es la miseria de las ideologías. Así, la actual política se ha convertido en un enfrentamiento de valores y contravalores, de buenos y malos. En suma: antagonismos por la supremacía. Todos dicen servir al pueblo, pero mucho viven a su costa. Es el reclamo del poder.</p>
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<p>El bipartidismo ha acabado por engendrar una serie de abortos en cadena, que son los “sub-partidos”, los cuales procuran su propio clientelismo, generándose no poca confusión a la hora de configurarse un vencedor. Los perdedores unidos pueden alzarse con la poltrona y los que ganan, perderla. Si el bipartidismo ha concluido agotando el sistema, la alternativa no es mejor. Se impone saberse qué y a quién se elige. Pero antes de los comicios, no después. Tal vez por eso, empieza a especularse con retomar el mal menor, es decir, optarse entre dos y no entre una docena de banderías. Los acuerdos de los bloques han de adoptarse antes de las elecciones, constituyéndose en uno solo, ofreciendo cada cual el programa resultante de la suma de sus integrantes. Después, allá cada cual con su sufragio.</p>
<p>Así las cosas, se alumbró a una nueva facción, virginal y pura, que respondía a las siglas “P.U” (Política útil)</p>
<p>Y como no estoy- ni creo que ninguno de ustedes, sean del país de la piel de toro o cualquier otro de la geografía mundial, ya que los problemas no difieren mucho en el fondo- para muchos experimentos, pues el país no avanza desde los tiempos en los que se decía que en España nunca se pone el sol, en parte por las políticas aplicadas y quienes las administraban, amén de que tanto galos como anglófilos hicieron todo lo posible por perjudicar los intereses patrios, con mayor razón y pese al escepticismo por los modernos salva patrias, tragándome mi incredulidad y dudando (una vez más) de si sería algo diferente, acudí al mitin inaugural.</p>
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<p>Antes, quien tenía que convencernos con su programa acudía elegantemente vestido y aseado. Ahora, los tiempos han cambiado, y el orador bien puede ser un sujeto que viste vaqueros descoloridos y agujereados, con aspecto canalla y sin rasurarse. Y tras estudiar al auditorio, comenzó a desgranar el rosario de promesas que todos esperamos y deseamos oír. (sic)</p>
<p>Sus primeras palabras fueron “puedo prometer y prometo”, -de la traducción latina <em>sic erat scriptum-</em>, que un eximio gobernante acuñó en sus mítines durante la primera etapa de la Transición española.</p>
<p>- A la banca la obligaría a conceder préstamos con bajos intereses. A los representantes públicos les exigiría que hubiesen cursado la carrera de politología, ser tecnócratas experimentados y someterse a un examen previo que lo acreditase. Nada de advenedizos puestos a dedo por los partidos, a los que nadie conoce, y cuyo único mérito es la fidelidad a su amo. Fin a la corrupción. Había que acabar con los mangantes. Los salarios de los servidores públicos habrían de reducirse. Demasiada gente en la casta ganando pingües sueldos para lo mal que gestionan el país. Revocación de las leyes nefastas que dividen a los españoles, promulgadas por anteriores gobiernos (¿en qué cabeza cabe, tras haberse superado durante el periodo de la transición los enfrentamientos de guerra civilista, retomar el tema y volver a traer rencores superados?). ¿Y qué decir de la alianza de civilizaciones, que conducen a que esas culturas ajenas a las de Occidente- y que nos han costado dos milenios en consagrar a duras penas- penetren en ellas como el cuchillo en la mantequilla, sin renuncia o merma en las suyas propias? (Por si no se entiende y entre otras medidas, si 50 millones de almas viven en Europa, adquieren la nacionalidad y procrean más que los nativos ¿no acabarán imponiéndose?</p>
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<p>Algo importante: el obligado cumplimiento de las promesas electorales. Nada de ofrecer soluciones y traer calamidades. Nada de recibir una economía saneada y entregar paupérrimas las arcas del Estado. Por eso, los gobernantes, una vez finalizado su mandato deberían ser sometidos a juicio para reconocérseles los méritos (no hace falta la concesión de un marquesado o ducado alguno, que puede interpretarse en estos tiempos como facha), o por el contrario ser enjuiciados por un tribunal popular.</p>
<p> </p>
<p>(Hasta aquí, y como introducción, he de confesar que no me desagradó lo que decía, aunque no pude evitar preguntarme, que, de ser así, serían escasos los aspirantes a estadistas)</p>
<p> - Nuestro partido va a cambiar las cosas- prosiguió impertérrito, y hasta diría que envalentonado, al observar la sonrisa boba dibujada en la mayoría de los rostros- ¿Cuál es el principal problema que tenemos los españoles? ¿El paro y la precariedad en el trabajo? ¿Las hipotecas y los desahucios? ¿Acaso la corrupción imperante en y de los partidos y sus correas de transmisión? ¿Los jóvenes sin porvenir? ¿Tal vez los hijos, que no pueden abandonar la casa de sus padres para independizarse? ¿El endeudamiento con Bruselas que tenemos y que nos va a venir, como consecuencia del virus? ¿Será el problema de las Autonomías, que ni derechas e izquierdas saben solventar, pero que nos cuestan millones de euros, y todos nos preguntamos para qué sirven realmente? ¿Será la inseguridad ciudadana y la violencia doméstica? ¿El feminismo radical y rancio? ¡No! - se le escapó un grito agónico, torciendo el gesto- El obstáculo que se interpone ante todo es el de la división de la Patria (que no se interprete como una apropiación de la derechona)- precisó el término- en dos corrientes ideológicas. Mejor dicho, en tres- puntualizó-<strong>:</strong> los nacionalistas, los conservadores y los progresistas.</p>
<p>Pues bien- prosiguió desbrozando su programa-, nosotros hemos concebido la solución.</p>
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<p>El unánime clamor de un sonoro ¡Ooh! Inundó la sala.</p>
<p> - Para ello dividiremos el mapa del país en tres partes. El primero para las dos autonomías históricas que realmente pueden ser consideradas nacionalistas (el resto, sabemos que se adhirieron para no ser menos en el reparto de la tarta), a las que concederíamos lo que machaconamente vienen pidiendo, aunque para ello habrían de devolver a las demás todo lo que han recibido del Estado para su industrialización desde la unificación de los reinos que configuraban el país allá por la Edad Media.</p>
<p> El mapa restante se dividiría en dos partes, practicándose políticas de <em>droits</em> <em>et gauches</em>, viniendo a convertirse durante los cuatro años siguientes en dos naciones con economía propia.</p>
<p><em> </em></p>
<p>Llegado a este punto del discurso algunos comenzaron a cuchichear e incluso fueron abandonando el local, pero el “espartano” prosiguió desgranando su programa como si tal cosa.</p>
<p> - Cada bloque agrupará en torno a sí a sus afluentes ideológicos, de manera que al elegir se sabrá qué ofrecen cada uno, y también qué es lo que se vota, ya que las corrientes radicales estarán integradas antes de los comicios, y no después, alterando la voluntad del sufragista, que vota a uno y resulta ganador la suma de perdedores. ¿De qué sirve proclamarse de izquierdas si se vive como nuevos burgueses? ¿De qué de derechas, si se mantienen las desigualdades?</p>
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<p>El dicente derramó su mirada de águila miope por encima de las conchas de sus gruesas lentes, al tiempo que un par de abueletes con cara de aburridos desfilaban en busca de la puerta.</p>
<p> - Si confían en nosotros ya no tendrán excusas por el incumplimiento del programa, pues no podría achacarse a la odiosa oposición. Unos conservarán como unidad monetaria el euro y otros retornarán a la peseta. También podrán elegir entre mantener las relaciones con Occidente, y a la cabeza los yanquis, o con el Este y el mundo islámico. Optarse por la enseñanza privada- mejor preparación- (¿si no, por qué mandan los políticos a sus hijos a los colegios privados?) y la pública (más igualitaria). Y otro tanto con la Sanidad (bien se ha visto de las carencias al paso de la plaga bíblica) También, decantarse por la protección de la vida en sus diferentes etapas o “vender” el producto para incrementar el caladero de los votos.</p>
<p> </p>
<p>El eco de sus palabras fue interrumpido por el ronroneo de unas mujeres con caras estiradas y el consiguiente movimiento de sillas, que, puestas en pie profirieron en delicadezas contra el conferenciante, dejando aún más vacía la sala.</p>
<p> - Optarse por un modelo de familia: la tradicional, esto es, padre y madre, o la otra, compuesta por dos madres o dos padres. Prohibirse o legalizarse las drogas. Diferentes sistemas económicos: propiciarse el ahorro, la inversión para el futuro, o una política de gastos, hipotecándose a la Nación (después vendrán los acreedores y exigirán ser pagados, y no pudiendo respondérseles se declarará al Estado en bancarrota, y por consiguiente su rescate, elevándose el endeudamiento). Elegirse entre laicismo (¿qué es la historia del materialismo dialéctico sino el fracaso del proyecto humano?) y la religión. Uno de los bloques se decidirá por la sociedad del libre mercado, esto es, el mundo liberal, y el otro por el de la privatización, asumiendo el Estado el papel de garante, cercenando la creatividad a costa de la seguridad (hasta dónde puedan, como ha quedado acreditado con los sistemas comunistas) El Pueblo está exhausto de pagar impuestos, pero ¿hasta qué punto son rectamente administrados? Uno los incrementará y el otro podrá reducirlos, a expensa de aumentar el endeudamiento externo o poner freno a los gastos necesarios.</p>
<p> </p>
<p>Llegado a este punto observé que el resto de los concurrentes habían hecho mutis. Entonces, el “melenas” clavó sus pupilas en las mías, interpelándome. </p>
<p> - La gente no tiene ya fe en los que les mandan. Lo que nosotros proponemos, no es sólo desterrar el pluripartidismo, tan letal como se ha visto, donde cada cual busca sus propios intereses, sin importarle el costo para el resto del País, sino ir más allá y poder prescindir incluso del bipartidismo, quedando al final un solo bloque para así cohesionar la Nación bajo una misma bandera, un mismo credo y una sola lengua. Pero, ¿usted no se va?- me miró con cierta extrañeza.</p>
<p>- Dígame una cosa: ¿qué pasaría después de los cuatro años? - quise saber la conclusión.</p>
<p>- Lo tenemos todo planificado- me respondió categórico- Al término de ese tiempo se valoraría la situación actual de cada uno de ellos, y en consecuencia, se reunificaría el país bajo la égida y la política del que mejores resultados hubiese obtenido. Esto es, una sola España unida y potente.-</p>
<p>- Estamos solos- recorrí rápidamente la sala con mirada de lince- Déjeme preguntarle algo. ¿Usted se cree todo lo que ha dicho? ¡Dígame la verdad!-</p>
<p>- Yo no. ¿Y usted? - me sorprendió con su laconismo.- Confieso que me ha hecho dudar. La situación es tan frustrante que la gente necesitamos un poco de esperanza, aunque sepamos que nos engañan.- - Pues eso mismo es lo que me digo yo para estar aquí. Ya ve que los políticos somos todavía de alguna utilidad, a pesar de vender humo tantas veces.</p>
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TÓCALA, SAM POR EDUARDO RENÉ CASANOVA EALO
tag:www.creatividadinternacional.com,2019-06-07:3073384:Topic:814123
2019-06-07T22:09:38.823Z
Eduardo Rene Casanova Ealo
https://www.creatividadinternacional.com/profile/EduardoReneCasanovaEalo
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<p>Tócala, Sam<br></br> Eduardo René Casanova Ealo</p>
<p>Sam te quiero decir algo. Ninguno a los que le salvé la vida en el quirófano vinieron a mi entierro. Por supuesto Sam, era lo menos que deseaba. Me pasé la vida diciendo que estaba encantado de haberles operado el corazón, destupiendo la mierda que ellos mismos se habían metido. Supongo que si uno…</p>
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<p>Tócala, Sam<br/> Eduardo René Casanova Ealo</p>
<p>Sam te quiero decir algo. Ninguno a los que le salvé la vida en el quirófano vinieron a mi entierro. Por supuesto Sam, era lo menos que deseaba. Me pasé la vida diciendo que estaba encantado de haberles operado el corazón, destupiendo la mierda que ellos mismos se habían metido. Supongo que si uno quiere hacer dinero hay que decir todo tipo de tonterías. Por eso vengo aquí, para sentirme una persona normal. Aunque cuando llenas el vaso puedo ver en tus ojos, que estás pensando que por dentro debo ser el peor pervertido que has visto en tu vida, mucho más pervertido que esa mierda que está en la televisión hablando sandeces de hacer grande a América, como si todos no supieran lo que siempre ha tenido en su cabeza, buscar una jodida oportunidad para hacer todo tipo de cosas raras y salir ganando. <br/> Sírvame otro doble Sam que esa jerga me da ganas de vomitar. Eso es lo único que me gusta de estar borracho, nadie viene a joder, ni presta atención a los que bebemos sigilosamente y luego salimos a la calle vestidos con el mejor traje, manejamos el último modelo de auto y nos cubrimos el rostro con el antifaz que encierra las cosas raras que tenemos en la cabeza. Te respetan por eso, pues nadie puede entrar allí dentro donde guardas lo que te gustaría hacerles a aquellos que te han engallado cochinamente, día tras día. ¿Quieres saber por qué lo han hecho Sam? Porque ser un gran proveedor no garantiza que un día no te desprecien. Incluso cuando hablan de mi frente a sus amistades y me mencionan con orgullo, en el fondo uno siente que te desprecian. Se van de vacaciones, manejan sus autos deportivos, llevan a una de esas chicas a un hotel y se embarran de cocaína la cabeza de la pinga, eufóricos, pero probablemente piensan en mi con desprecio. <br/> Por ello ganan las elecciones esa gente. Antes de volverme un alcohólico fui un cirujano famoso pero nunca utilicé el desprecio para tratar de sanar un cuerpo enfermo, pero esa gente Sam, el que está ahí y el que estuvo antes, si han utilizado el desprecio para ganar. Te meten el desprecio en el culo y no te das cuenta. Te vas llenando de ese sentimiento y un día el corazón te late como si fuera a escaparse del pecho y mientras más desprecio te meten, más ansías seguirlos a ellos. Funciona como una droga que te impide ser una persona normal. Es una terapia que te convierte en el maníaco que ellos desean. Es así como funciona en todas partes. Si un día de tanto temblor en las manos te pones a rezar, es peor. Ya he probado eso, porque a mí Jesucristo me cae bien, pero cuando llego al punto de su muerte, causada por el desprecio, ahí mismo me doy cuenta de que estoy jodido, no puedo seguir rezando y regreso al montón de cosas raras que me gustaría hacer si se me presentara la oportunidad. <br/> Sam ponme otro. Te pido disculpas por llamarte de esa manera. Lo hago para recordar a otro Sam que conocí cuando era niño, aunque no estoy seguro si fue un hombre de verdad. ¿Sabes a quién me refiero? “Tócala Sam. Tócala. El tiempo pasará”. Eso es otra de las cosas que me gusta de este lugar. En esta ciudad aun te puedes encontrar muchos lugares detenidos en el tiempo. El mundo afuera se derrumba, pero tal vez no ahora, ni mañana, más tarde, en veinte años te podrás volver a llamar Samuel que es tu nombre verdadero. <br/> Sabes, hace una semana visité tu país. Les dije a todos que iba a California a una convención. Pero fui a parar a México. Ella tiene ya 38 años. Sus ojos son negros como los tuyos y su sonrisa es tan hermosa que dan ganas de besarle. Solo la había visto en fotografías. Y sentí mucho orgullo, pero poder verla frente a frente, valió la pena. Dime algo Sam, ¿tú crees que una mujer puede significar la única cosa buena para combatir el mal y no permitir que muera el mundo? Yo creo que salvar vidas es una cosa buena, pero que tal, si esas vidas que salvas vuelven a sus maromas para destruir el mundo. Tomé el avión para ver si su vida mereció tanto sacrificio y penurias. Lo que esos dos drogadictos de mierda no sufrieron, porque les di de todo, ella tuvo otro camino y mientras el mundo a su alrededor se derrumbaba, más lucho por hacer de su vida algo que valiera la pena. Recuerdo cada detalle, su casa pintada de azul, sus hijos más pequeños camino a la escuela. Dame otro trago Sam para brindar por ella. Porque te quiero decir algo importante. Aquí me siento como que el tiempo no marcha, pero al lado de ella, no sentí desprecio alguno, a pesar de haberla ignorado tantos años. Desde que me bajé del taxi sentí que la había conocido toda una vida, quizás de cierto modo, siempre estuvo conmigo, incluso antes de aferrarme al alcohol. <br/> Lo que deseo pedirte es que trates de hablar con ella, para que le cuentes cómo me conociste. En este sobre están todos los detalles. Ella merece conocer de tus labios la parte de la historia que les corresponde, antes de que su vida se vuelva un torbellino. Estoy seguro de que sabrá arreglárselas con toda la plata que les dejo. Es la única de mi estirpe nacida para combatir el mal del mundo. Lo más importante es que no crea las historias de mi muerte. Soy un pervertido, pero nunca atentaría contra mí persona, en especial después de haberme reencontrado con tu madre a la que abandoné mucho antes de que naciera por culpa del desprecio que han sembrado en cada uno de nosotros. Algunos como yo seguimos siendo buenos aun después de muertos, mejores incluso que aquellos que siguen viviendo. Fue un gusto conocerte Sam, me hubiese gustado escucharte llamarme abuelo.</p>
" DON JUAN"
tag:www.creatividadinternacional.com,2019-03-10:3073384:Topic:803273
2019-03-10T18:56:21.849Z
Ángel Medina Martos
https://www.creatividadinternacional.com/profile/AngelMedinaMartos
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<p><strong>«</strong><strong>DON JUAN</strong><strong>»</strong> <strong> </strong>(o un hombre cualquiera)<strong> </strong> <strong>Ángel Medina</strong></p>
<p> (Ensayo)</p>
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<p>La estación otoñal introduce en la caducidad, despoblando a los árboles de su vestimenta. Así el hombre. Los años pasan, conservándose las vivencias. ¿Quién no mantiene el recuerdo del…</p>
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<p><strong>«</strong><strong>DON JUAN</strong><strong>»</strong> <strong> </strong>(o un hombre cualquiera)<strong> </strong> <strong>Ángel Medina</strong></p>
<p> (Ensayo)</p>
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<p>La estación otoñal introduce en la caducidad, despoblando a los árboles de su vestimenta. Así el hombre. Los años pasan, conservándose las vivencias. ¿Quién no mantiene el recuerdo del pasado florido, cuando era un galán?</p>
<p>¿De dónde surge el personaje que muchos de alguna manera gustamos, representamos y finalmente añoramos?</p>
<p>Marañón lo clasifica como un monógamo, pero podríamos considerar sin ambages al Tenorio como polígamo, al preferir estar con todas, pese a no vincularse a ninguna. ¿Sería correcto preguntarnos quién era Don Juan, o quizá sería mejor, al estar encarnado en gran parte de los varones- en especial la idiosincrasia latina- cuestionarnos qué es? O tal vez, ¿cómo somos?</p>
<p>Se trata de una figura de la cual ya hablaba la cultura antigua en sus mitos. Así, Zeus, que engendró a muchos héroes con mujeres de carne y hueso; aunque la aparición primigenia acontece en “El burlador de Castilla”, allá por el siglo XVII, obra de un religioso mercedario llamado Gabriel Téllez, más conocido como el literato del Barroco Tirso de Molina. En época más reciente tenemos el clásico tenorio de Zorrilla, guardando todas entre sí una similitud, que no es otra cosa que la reverberación posesiva del macho. Posesión, ciertamente, porque busca el sometimiento de la hembra en sus atributos. La persona no interesa.</p>
<p>Así, pues ¿es la figura donjuanesca un mito o la proyección universal del deseo de seducción que late en el machismo más rancio?</p>
<p>Don Juan es ante todo un hombre que se niega a sí mismo, pues se reconoce sin conocerse. En el fondo se siente tan anónimo como universal. Es como si no quisiera tener nada que ver su persona con lo que hace. No vincular su hacer con su ser. Por eso llega a preguntarse: ¿Quién soy yo? A lo que desde su interior responde una voz<strong>:</strong> “Un hombre sin nombre”. Pura inconsciencia. De esta manera zanja cualquier colisión con su discernimiento, respondiendo su instinto depredador por él. No quiere profundizar en su ego para saber de sí mismo. Aunque parezca una contradicción, el macho se impone al hombre.</p>
<p>Busca eludir la responsabilidad de darse y evita el compromiso. Algo que en cierta medida comparte la sociedad actual en su expresión machista. La sexualidad ha de ser sin concesiones ni consecuencias, como diría el erotismo teórico.</p>
<p>Su código de valores se mantiene en su narcisismo. Se ama a sí mismo antes que a nadie, gustándose y complaciéndose en la exaltación de sus feromonas, saboreando sentirse admirado. Es un triunfador de lo profano, vástago de la materialidad. Algo que se lleva en esta época de descreimiento y cuyo valor supremo es la vanidad. Es hijo de una sociedad que relega, cuando no renuncia a determinados valores éticos, considerando a los demás como un sub-producto para el consumo personal. Se sabe objeto de deseo, consciente de que muchos querrían ocupar su lugar, y tantas gustar su frivolidad. En el fondo se reconoce como el revelado del negativo de un cliché de la masculinidad.</p>
<p>Su auto-confianza en los lances amatorios le hace sentirse pendenciero y bravucón. Seguro de sí mismo, no duda en porfiar con tantos otros que se ven competidores, como Don Luis Mejías, y como la caballerosidad brilla por su ausencia, a pesar de alardear de hidalguía, en el fondo carece de ella y es incapaz de guardar discreción de sus lances, aireándolos, cuando no los exagera. Si las conquistas no son compartidas para morbo y baboseo de sus condiscípulos, es como si no hubiesen existido. El honor es manoseado, dejando el pudor social de tener sentido, algo no difícil de comprobar, reflejándose en determinados programas de tele basura.</p>
<p>Don Juan se jacta de subir a las almenas y descender a las cabañas, en clara alusión a que sus principios le permiten asediar sin distinción a la mujer, y siendo consciente de que sólo le interesa el placer sexual es capaz de seducir lo mismo a altas que bajas, gordas que esbeltas, de mediana edad que maduritas, iniciadas o vírgenes, y si es posible, obtener la entrega del honor, llegando para ello, si fuese menester a fingir el enamoramiento o hacer promesas que de antemano sabe que no va a cumplir. Para él, el fin justifica cualquier medio.</p>
<p>Hay momentos en los que busca refugiarse en su intimidad, aún sin estar seguro en qué consiste, siendo entonces cuando puede brillar un mínimo destello que ilumine su alma. En ese punto, busca la justificación en las pasiones del corazón que son innatas al hombre, y renunciando a su albedrío, se dice y proclama<strong>:</strong> “Responda el cielo y no yo”. Si son dos días los que hay que vivir- reflexiona en su soliloquio interno- habrá que dejarse guiar por la concupiscencia, fiando el porvenir a un mañana que sabe lejano. Pero, como la idea persiste, en un arrebato que es antes hijo del miedo que de la compunción, se envuelve en el remordimiento, aunque, sopesándolo, decida no poner freno a sus pasiones. Es entonces cuando brota de su interior aquellos versos que retratan el estado de su ánimo<strong>:</strong></p>
<p> </p>
<p>“Si ese plazo me convida a que gozaros pueda</p>
<p>Pues larga vida me queda, dejad que pase la vida</p>
<p>Si de mi amor guardáis señora, de aquella suerte,</p>
<p>El galardón de la muerte,</p>
<p>¿Qué largo me lo fiáis?”</p>
<p> </p>
<p>¿No es éste el mismo sentir que abriga el pecho del hombre de nuestro tiempo? ¿Retener el presente y no pensar el futuro? ¿Vivir el día a día sin mirar adónde le lleva el destino?</p>
<p>¿Qué desenlace proponer para el personaje tan hábilmente creado por la pluma inmortal de diversos autores? Ciertamente, el clásico lo diseña en la escena de su muerte a manos del Comendador o estatua de piedra, que lo arrastra hasta el averno. Pero, también podríamos proponer su fin remitiéndonos al arrepentimiento en un doble sentido. De una parte, en el mundo de su presente, bajo el signo de haber saboreado momentáneamente en Doña Inés la esencia de un apego diferente y real, consciente al final de su vida que su quehacer amatorio le ha llevado a renunciar al amor verdadero, que ciertamente contiene la pasión, pero a la vez alcanza el alma. Más allá de lo medible, de otra, echando la mirada atrás, achacoso, y aún no pudiendo enderezarse los vericuetos recorridos, en el peso de la duda vislumbrar la esperanza de que también él pueda ser redimido finalmente. Es posible que no alcance su ánimo la contrición, el reconocimiento de sus maldades a la luz de la virtud, pero será el momento de recordar aquellas palabras piadosas de alguna beata que procuró llevarle por el buen camino, bastándose la atrición o miedos a su eterna perdición. Dos maneras de comprender su propia futilidad.</p>
<p> </p>
<p>Ver última publicación en<strong>:</strong></p>
<p><a href="https://www.amazon.es/Vaticano-III-%C3%81ngel-Medina-Martos-ebook/dp/B01BSZK7BW/">https://www.amazon.es/Vaticano-III-%C3%81ngel-Medina-Martos-ebook/dp/B01BSZK7BW/</a></p>
<p> </p>
<p>*Página autor <a href="https://www.facebook.com/novelapoesiayensayo/">https://www.facebook.com/novelapoesiayensayo/</a></p>
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<p><strong> </strong><a href="https://storage.ning.com/topology/rest/1.0/file/get/1358623686?profile=original" target="_blank" rel="noopener">Doc5.jpg</a></p>
EL INSTITUTO DE LA RESUCITACIÓN Ángel Medina.
tag:www.creatividadinternacional.com,2019-01-24:3073384:Topic:798670
2019-01-24T12:03:58.926Z
Ángel Medina Martos
https://www.creatividadinternacional.com/profile/AngelMedinaMartos
<p><strong>El Instituto de la Resucitación </strong></p>
<p><strong> Ángel Medina</strong></p>
<p>Conocía a aquel hombre desde hacía años. Un día enfermó, hasta el punto de correr…</p>
<p><strong>El Instituto de la Resucitación </strong></p>
<p><strong> Ángel Medina</strong></p>
<p>Conocía a aquel hombre desde hacía años. Un día enfermó, hasta el punto de correr riesgo su vida, siendo internado. Por aquellos días yo me encontraba ausente. Mi amigo era un hombre que amaba la belleza. Era licenciado en Bellas Artes y practicaba con notable éxito la escultura y la pintura, y su inquieto espíritu se abría a todo lo que fuese expresión artística, como la literatura y la música. Yo solía hablar con él para enriquecer mi conocimiento (es sabido que mucha gente resulta banal en sus conversaciones ,que se reducen a los deportes o a comentar las noticias sensacionalistas o del corazón)<strong>;</strong> lo mismo conversábamos sobre los viejos filósofos, muchas de cuyas obras siguen vigentes hoy, como “La República”, de Platón o “El discurso del método”, de Descartes, que sobre los maestros de la pintura, cuya genialidad se plasma en grandes expresiones pictóricas ( recuerdo que una vez me comentó con gran prodigalidad de detalles acerca del cuadro “La Venus del espejo”, de Velázquez, que se exhibe en “La National Gallery”, de Londres, del cual parece ser que pintó tres desnudos y sólo se conserva este retrato, creando su propia imagen de la divinidad, aunque la idea de pintarla de espaldas, sosteniendo Cupido el espejo en el que se perfila su autor, procedía de Tiziano, haciendo la observación para que me fijara en la lámina, en cuya posición no debería resultar posible ser reflejado el rostro). Un verdadero preciosista, en toda la extensión del término.</p>
<p> </p>
<p>Al cabo del tiempo volvimos a encontrarnos y lo noté algo extraño. Parecía frío e insensible, rehusando hablar de aquellos apasionantes temas, por más que yo insistiera. Finalmente, me hizo una pregunta desconcertante.</p>
<ul>
<li>¿Te gustaría poder resucitar?</li>
<li>¿De qué me estás hablando?- contra pregunté escéptico.</li>
</ul>
<p> </p>
<p>Por toda respuesta, me dijo entonces<strong>:</strong></p>
<ul>
<li>Mejor que lo veas. ¡Acompáñame!</li>
</ul>
<p> </p>
<p>El taxi nos condujo a un lúgubre caserón situado a las afueras de la ciudad. Anochecía, y las luciérnagas comenzaban a invadir la bóveda del cielo que se desplegaba sobre nuestras cabezas, haciéndome sentir la pequeñez de lo que es ser hombre. Nos recibió un hombrecillo de aspecto algo tétrico. Era muy alto y enjuto de carnes, cabello escaso, desordenado y grisáceo, algo quijotesco, ojos hundidos y enormes bolsas que bordeaban las cuencas, orlando sus mejillas una barbita lampiña. Su rostro era alargado y los pómulos salientes como dos manzanas maduras. Calculé que debía frisar los ochenta o quizá algo más, caminando a zancadas, doblando el espinazo a cada paso que daba. Su raquitismo lo cubría un traje negro y zapatos del mismo color, pareciéndome que coqueteaba con las pompas fúnebres.</p>
<p> </p>
<p>Descendimos por una escalera de caracol repleta de óxido que venía a extinguirse en el inicio de un largo corredor, a cuyo fondo había una puerta blindada. Dentro de la estancia que custodiaba el hierro se encontraba un hombre de compostura bonachona y regordeta, y en uno de los extremos una mesa metálica que soportaba el peso de una máquina de electroshock, una vitrina con tarros y jeringuillas, y una cámara frigorífica, antojándoseme que todo aquello era una sala de despieces.</p>
<p> </p>
<p>Después que nuestro anfitrión se embutiese en una bata oscura, cuyo peto estaba reforzado por un hule, chasqueó los dedos y el ayudante penetró en un cuarto contiguo para regresar al poco portando una camilla sobre la que descansaba el cuerpo de un cadáver. Antes que tuviese tiempo para reaccionar, mi amigo me dijo que el doctor Molokov era un reputado científico formado en la extinta Unión Soviética, el cual investigaba la muerte y trabajaba en un proyecto mundial de resucitación, habiendo conseguido antes notables éxitos con animales. Yo no sabía si sonreír, enfadarme por el misterio con que me había conducido hasta allí, o salir corriendo. Pero la curiosidad me retuvo, queriendo ver el final de aquella farsa. Como me encontraba algo histérico, aduje que una cosa era los experimentos con bestias y conseguir alguna reacción de tipo nervioso y otra bien distinta aquel propósito con humanos. Pero mi incertidumbre aumentó cuando me dijo<strong>:</strong> “¡También! ¡También!. Ten paciencia”. A lo que contra-objeté<strong>:</strong> “¿Y tú qué sabes?”, escuchando de sus labios<strong>:</strong> “¡Te lo digo yo!,” reafirmándose, aunque sin poder ser más explícito ante la inquietante y penetrante mirada del sabio.</p>
<p> </p>
<p>Aquél parecía el cuerpo de un mendigo. Personas que malviven y acaban reventándoles el hígado de tanto tetrabrik de vino peleón, o hastiados de la vida terminan por arrojarse por un puente.</p>
<p> </p>
<p>Molokov retiró la sábana que lo cubría, dejando su cuerpo al desnudo. No debía hacer mucho que se había apagado su vida y, para verificar su estado- yo creo que fue una exhibición para impresionarme- le untó con crema, conectó unos electrodos y le aplicó una descarga eléctrica. Al notarla, los músculos reaccionaron como si quisieran saltar del interior del cuerpo (fue inevitable que me remontase a la niñez, cuando una Navidad degollaron en casa a un hermoso pollo, y decapitado dio un brinco, desparramándose la sangre a borbotones, alcanzando el techo), y, observándolo con detalle, me sobresalté.</p>
<p>El docto me miró displicente y me dijo<strong>:</strong></p>
<ul>
<li>La homeostasis se ocupa de las variaciones de la temperatura en los organismos que aún conservan vida. Es evidente que este hombre está muerto, pero no lleva mucho tiempo, pues la musculatura ha respondido al estímulo. Pronto se advertirán en él los cambios postmorten. Primero, la rigidez de la cara. Después, sobrevendrá a brazos y tórax, hasta alcanzar las piernas, y antes de las veinticuatro horas será completa. La autolisis, es decir, la devastación de los tejidos, hará el resto. Finalmente, cuando esté completamente destruido se iniciará la putrefacción. ¡Yo lo evitaré!</li>
<li>¿Cómo…?- balbucí estupefacto.</li>
<li>Resucitándolo.</li>
</ul>
<p> </p>
<p>Al escucharle hablar con tanta convicción, sentí un espasmo. Pero, haciendo de tripas corazón, asentí, invitándole a proseguir.</p>
<ul>
<li>Esto es la visión de lo que nos ha de pasar a cada uno de nosotros. Sin embargo, la misión de la ciencia es investigarlo todo, incluso al peor de los males que es la muerte. Porque el proceso de la muerte no es sólo lo que usted contempla ahora, sino sobre todo la desesperanza de eso que llamamos “espíritu” o “alma” y que yo prefiero denominar como “conciencia”<strong>;</strong> y es que, al morir enterramos para siempre el deseo de vivir. A la aniquilación material se ha de añadir la destrucción del “ser”. Si nacemos para vivir, si la vida impregna toda nuestra persona ¿por qué hemos de morir? ¿Qué contradicción de la naturaleza es esta? ¿Qué imagen de dioses somos si acabamos convertidos en gusanos, auto-devorándonos la corrupción de un sepulcro?</li>
</ul>
<p> </p>
<p>En tanto pronunciaba su discurso material-metafísico, Molokov hizo una indicación a su esquelético ayudante, el cual le proporcionó un frasco con un componente desconocido, carente de etiqueta alguna, figurándome que debía ser de su invención, así como una jeringuilla dotada de una aguja extremadamente larga. Luego, fue pinchándole en diferentes zonas del cuerpo el compuesto- me aclaró que era celular- y poco a poco fue atenuándose el rigor mortis. Finalmente, le practicó una pequeña trepanación e introdujo el catéter por el orificio, penetrando a través del mismo la solución. Confieso que me asusté al verle mover las manos y recuperar paulatinamente el color perdido. Pero cuando realmente casi me desmayo, fue al verificar que, siguiendo su mandato, como aquel Lázaro que volvió a la vida- no me gusta la comparación, y todo lo visto, aún pasando por el tamiz de mis propios ojos, me resulta un acto de brujería- le ordenó con voz autoritaria que se levantase.</p>
<p> </p>
<p>Mis ojos expresaron el espanto. No así mi amigo, ni el científico, que se frotaba las manos de satisfacción, seguro de que acabaría siendo reconocido por la Academia de las Ciencias, y también por la propia humanidad. Vencido el aguijón de la aniquilación, el peor de los males temidos por los hombres, todo se reduciría a un pesado sueño. Entonces, me decidí a preguntarle.</p>
<ul>
<li>Estoy sorprendido, Profesor. Pero, dígame ¿qué sucede después de experimentar volver a la vida tras el hecho biológico de la muerte? ¿Cómo ha de reaccionar el resucitado?</li>
</ul>
<p> </p>
<p>El lumbrera miró a mi amigo. Era evidente su complicidad. Al punto, me dijo con tono paternal, que aunque había dado el primer paso, todo era mejorable. Ciertamente, había recuperado la materia muerta, transformándola en viva y para ello las nuevas células eran las artífices. Estaba en condiciones de resucitar el envoltorio humano, no así el espíritu.</p>
<ul>
<li>Lo hombres a los que resucito- me confesó- recuperan el cuerpo, pero no el alma. Todavía no estoy en condiciones de volver a traerles la sustancia de la sensibilidad<strong>:</strong> en una palabra, el recreo de la belleza que representa el arte. Para eso tendremos que aguardar. Estos son los albores.</li>
</ul>
<p> </p>
<p>Guardó silencio durante unos segundos, quedando yo pasmado. Mi testa estaba convulsionada y comenzaba a comprender. Y echándole la mano por encima de su hombro lo apartó de mí y se lo llevó al otro extremo de la sala, cuchicheándole, a la par que el resucitado bostezaba con cara de lelo.</p>
<ul>
<li>¿Le ha dicho usted que<strong>…</strong>?- me pareció escuchar.</li>
</ul>
<p> </p>
<p>Cuando regresaron al lugar en el que me habían dejado, encontraron que yo ya no estaba allí. Apresuradamente salí de aquel Instituto de la resucitación, en tanto que mis neuronas hervían en busca de alguna explicación a lo sucedido. Era lo que había experimentado mi amigo cuando fue sorprendido por la crisis que le condujo hasta la muerte, deduciendo que previamente debía de tener contratado los servicios de Molokov para el caso de que fuese necesaria su reanimación corporal. Corporal, sí, porque, como pude comprobar, había perdido cuando lo encontré su interés por la belleza y lo sensible. Un hombre que se recreaba en la admiración por el arte, había quedado relegado a la condición de la insensibilidad. Y eso se me antojaba tanto como vender su alma. Yo, aunque amaba la vida, prefería ser una persona, con sus limitaciones en el tiempo, sí, pero tal como la naturaleza me había creado. Hombre y no medio hombre. No me agradaba la posibilidad de llegar a convertirme en un autómata.</p>
<p> </p>
<p>Ya no volvimos a vernos. No sé si volvió a tener una segunda muerte y una nueva resucitación. Tampoco me importa. Yo prefiero seguir siendo yo mismo. Una persona con toda la acepción de la palabra. Aunque con la limitación que impone Cronos, con cuerpo y alma.</p>
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"MIRARSE EL OMBLIGO"
tag:www.creatividadinternacional.com,2018-12-02:3073384:Topic:791564
2018-12-02T16:12:32.917Z
Ángel Medina Martos
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<p><strong> MIRARSE EL OMBLIGO Ángel Medina.</strong></p>
<p>(Este fragmento de “La vida es sueño” de P. Calderón de la Barca nos introduce en el relato, cuyos versos concluyen así: “Quejoso de mi fortuna/Yo en este mundo vivía/Y cuando entre mí decía: / ¿Habrá otra persona…</p>
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<p><strong> MIRARSE EL OMBLIGO Ángel Medina.</strong></p>
<p>(Este fragmento de “La vida es sueño” de P. Calderón de la Barca nos introduce en el relato, cuyos versos concluyen así: “Quejoso de mi fortuna/Yo en este mundo vivía/Y cuando entre mí decía: / ¿Habrá otra persona alguna/ De suerte más inoportuna?) <strong>…</strong></p>
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<p>El señor “X” se encontraba deprimido. Mileurista, había roto con su pareja y le fallaba la próstata. Psicosomatizado y deprimido, consideraba a Job un émulo suyo. Un día encontró en el periódico un anuncio que llamó su atención y decía así: “Viaje a ninguna parte, pero con vuelta. Si está usted deprimido, insatisfecho, aburrido o cansado de la vida o es un Buda que se mira el ombligo le devolveremos el equilibrio perdido”, decidiendo comprobar de qué se trataba.</p>
<p>El empleado que le atendió vestía como una ficha de dominó, mitad blanco y mitad negro, y cuando fue requerido del por qué de aquella extraña vestimenta le respondió con una enigmática respuesta: ellos le mostrarían la negrura de la vida para que él pudiera encontrar la luz. Y también- algo importante- que el viaje correría por cuenta de la Agencia. Escéptico a la vez que intrigado pudo más lo segundo que lo primero y aceptó.</p>
<p> El vuelo duró varias horas. Aún no había amanecido, percatándose que el cielo estaba iluminado por deflagraciones. El país estaba en guerra y una vez desembarcaron fue trasladado al escenario de las operaciones e introducido en un búnker. Los obuses caían sobre el refugio. Después, se produjo el asalto del enemigo y los dos ejércitos mantuvieron una lucha cuerpo a cuerpo. La carga de bayonetas fue terrible, quedando tendidos sobre el campo de batalla un reguero de caídos: muertos, heridos y mutilados que se retorcían entre alaridos. En un improvisado hospital de campaña los cirujanos se aprestaban a amputar aquellos miembros que yacían colgados de los soldados macerados. El espectáculo era sobrecogedor y entre todos llamo su atención la figura yacente de un muchacho barbilampiño con el cuerpo deshecho y pegado a cuatro muñones. Envuelto por un coro de quejas y quebrantos de los que aguardaban su turno, la respuesta le dejó frío.</p>
<ul>
<li>Yo no cuento. He entregado la vida por mi país y estoy orgulloso de ello. No debo quejarme, a pesar del inmenso dolor que padezco, sabiendo que si sobrevivo seré un</li>
</ul>
<p>perfecto inútil que dependerá de la caridad de los demás.</p>
<p>Interiorizado, con el eco de sus palabras golpeándole la cabeza fue sacado de aquel lugar y conducido hacia su nuevo destino.</p>
<p> </p>
<p>El lugar elegido era el Estado de Virginia, en los Estados Unidos, llevándole su cicerone a la prisión estatal. A través de una amplia ventana podía ver el interior de la sala, fijándose en el robusto sillón de madera maciza, de cuyos brazos y patas brotaban como raíces unos correajes gastados por el uso. El grupo de visitantes permanecía en silencio sepulcral, penetrando en ella un sacerdote y dos fornidos guardias que custodiaban al condenado, al cual obligaron a sentarse en el armatoste inventado por Harold P. Brown, el que fuera polifacético empleado de Thomas Edison. En tanto le ataban el clérigo recitaba unas frases de la Biblia. Luego, le adhirieron unos electrodos a la cabeza y las piernas, comenzando a gritar como un poseso en un baldío esfuerzo por librarse de las ataduras. El verdugo conmutó una palanca y le fueron aplicados dos choques eléctricos durante varios minutos que vinieron a romper la resistencia de la piel, y, una vez conseguido, redujo el voltaje, aumentando la intensidad para que no acabase quemado como un bonzo, alcanzando la temperatura corporal los 59 grados, con el consiguiente daño mortal para sus órganos internos. Pero el hombre era fuerte y pudo soportar el trance, por lo que continuó aplicándole la elevada carga, hasta el punto de que su cabeza comenzó a arder como una tea. Finalmente, una vez certificada su muerte le desataron, teniéndose que separar de los cinturones los trozos de la piel quemada.</p>
<p>Con los ojos desorbitados por el infernal espectáculo, el señor “X” sintió cómo se mojaban sus entrepiernas hasta quedar empapado.</p>
<ul>
<li>¡Relájese! Le aguardan más emociones- le anticipó el guía.</li>
</ul>
<p> </p>
<p>El tercer destino estaba en España, dirigiéndose hacia el valle del Laguar en el cual se encuentra el sanatorio San Francisco de Borja. A la entrada había un monolito a la memoria del doctor Hansen, descubridor del bacilo en 1873. Los jesuitas cuidaban a los internos. Se diferenciaban de los de la antigüedad porque no vestían harapos ni debían advertir de su presencia haciendo sonar una campanilla, pero los signos de la terrible enfermedad eran los mismos. Las úlceras laceraban sus cuerpos produciéndoles hinchazones, además de la pérdida de sensibilidad en sus extremidades. Algunos, desahuciados por una sociedad cuya estética se basa en la belleza y repudia la repugnancia tenían una tronera en la cara, un boquetón carcomido por el mal al que habían de alimentar poniendo en su rostro un trozo de carne para que fuese fagocitada. En tanto se lo explicaba se cruzó en el camino una pequeña leprosa, que en lugar de mano tenía muñones, sorprendiéndose al verla sonreír.</p>
<p> </p>
<p>El periplo finalizaba en Viena, donde se halla el mayor manicomio del mundo y cuyos pabellones se encuentran enlazados por un ferrocarril, albergando hasta tres mil internos. Un grupo de ellos reían estridentemente, sin ton ni son. Más allá, un hombrecillo desaliñado se esforzaba por dar caza a una mosca invisible; a algunos le resbalaba la baba y asomaban los mocos por sus narigones invadidos de vasos capilares que denotaban el alcohol que presumiblemente llevaban en la sangre desde quién sabe cuándo. Todos desheredados de la tierra. Gente segregada de la sociedad, algunos, tal vez por el delito de ser diferentes. Quizá una muestra de cordura ante la locura colectiva de los que están fuera de los muros.</p>
<p>Antes de marcharse se les acercó una mujer con el pelo alborotado, ojos inteligentes y llorosos, espetándole a modo de despedida.</p>
<ul>
<li>No todos estamos chiflados. También los hay cuerdos. Muchos de los que están al otro lado podrían acabar sus días aquí. La sociedad está enferma y desequilibrada. ¿Sabe por qué?: Porque al mundo le falta la esperanza.</li>
</ul>
<p>Al punto, dos robustos celadores la asieron por las axilas y se la llevaron en volandas hacia la enfermería para aplicarle una sesión de electro shock.</p>
<p> </p>
<p>El viaje había concluido y regresaron a la Agencia. El señor “X” fue llevado al despacho del director, encontrándose con un hombre que debía frisar los sesenta y pico. Era adiposo y se mantenía erguido en el sillón sujeto por una abrazadera a la altura de la cintura. En seguida se percató que no podía ver, pues las cuencas de sus ojos estaban vacías. Tampoco oír, al carecer de orejas. Era, además, mudo, pues su boca no tenía labios, faltándole media lengua y tampoco tenía brazos ni piernas.</p>
<ul>
<li>El despojo de persona que tiene ante usted- le dijo el guía- es mi padre. Hasta no hace mucho, habiendo amasado una fortuna vivió como un crápula pensando sólo en él, hasta que sufrió un grave accidente que le dejó en la situación que puede ver. De nada le sirvió todo el dinero que tenía y los médicos no pudieron hacer otra cosa que operarle varias veces para salvar su vida, quedando en el estado actual. Lo último que perdió fueron los brazos y antes de que le fuesen amputados dejó escrito un testamento que habría de ser su postrera voluntad. ¡Venga, se lo mostraré!</li>
</ul>
<p>Entonces, abrió una caja fuerte y extrajo un papel, ofreciéndoselo para que lo leyese.</p>
<ul>
<li>“Mientras vivimos plácidamente nos despreocupamos de lo que nos rodea. Viví como un animal y quiero morir como un hombre. Por eso, lego toda mi fortuna a la institución para que pueda hacer entender que la vida es hermosa a pesar de todo. Y que, si echamos la mirada atrás, nos daremos cuenta que hay otros más desgraciados que nosotros. Somos hombres y no cosas. Nunca debemos perder la paz interior. El alma.”</li>
</ul>
<p>Finalizada la lectura el señor “X” le prodigó una mirada de ternura. En ella podía advertirse que había asimilado las experiencias vividas. A pesar de la problemática realidad, debía apreciar lo que tenía, desde la sonrisa de un niño, la ternura de quienes nos aman, el aire que respiramos, el calor del sol o el equilibrio emocional, que sólo cuando las perdemos aprendemos a valorarlas, entendiendo que siempre habrá quienes soportan mayores sufrimientos. Y conmovido, superando la repugnancia abrazó aquella mole de carne que le había congratulado con la vida.</p>
<p> </p>
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LAS SEMILLAS DEL MANZANO
tag:www.creatividadinternacional.com,2018-10-26:3073384:Topic:786250
2018-10-26T18:53:14.151Z
Eduardo Rene Casanova Ealo
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<p>por Eduardo Rene Casanova Ealo</p>
<p>Todo comenzó cuando recién muerto el abuelo Antonio __y apenas acabado de sepultar __, mi madre trató de consolarme y comenzó a hablar de las semillas del manzano. Yo no quería saber en ese momento, de ninguna cosa que tuviera que ver con tierra, ni mucho menos de abrir un hueco para sembrar un árbol, aunque fuese de…</p>
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<p>por Eduardo Rene Casanova Ealo</p>
<p>Todo comenzó cuando recién muerto el abuelo Antonio __y apenas acabado de sepultar __, mi madre trató de consolarme y comenzó a hablar de las semillas del manzano. Yo no quería saber en ese momento, de ninguna cosa que tuviera que ver con tierra, ni mucho menos de abrir un hueco para sembrar un árbol, aunque fuese de manzanas. Pero ella siempre había sido así. Todo lo resolvía sembrado algo. Cuando se acercaba a la ventana __ desde la cual veía un cielo minúsculo, gris y familiar __, corría al patio y comenzaba a arrancar las malas hierbas en los canteros, a regar las rosas de espinas, a tiempo que le contaba todas sus penas.</p>
<p>En ponerse a contar penas mi madre siempre fue la número uno. Para el resto, no era muy ingeniosa. Mucho menos, para recordar donde guardaba mis cosas. Cuando yo pedía a gritos mis patines de hierro, o la caja de bolas azules, rojas y negras, ella siempre respondía: ¡Búscalos, hasta que los encuentres! Por eso me quedé de una sola pieza, cuando mencionó el asunto de las semillas de manzana.</p>
<p>La historia de las semillas no creo sea una historia corta, pero si es una historia verdadera. Desde luego para muchos, que no nacieron, ni vivieron en Cuba después del 1959, pudiera parecer incluso, una historia falsa; para otros, una historia imposible, quizás hasta aburrida. Y si la cuento ahora, es porque desde hace mucho tiempo, lo único que me hace feliz en este mundo, es escribir historias, viviendo la esperanza de que, a lo mejor, mis relatos, llegan a ser algo para alguien y no simplemente una pérdida de tiempo, sin propósito, en la vida.</p>
<p>Pero antes de hablar de las semillas del manzano, debo contarles del pueblo donde me tocó nacer y vivir, un pueblo ni feo, ni bonito, pero sin luces, sin redención, ni alcantarillas, ni acueducto, por lo que todos beben agua de pozo, condenados a morir de amibiasis y parasitosis, gastroenteritis y en especial de hambre. Y donde las nubes de polvo rojo hacen que el sol luzca como un payaso con la cara pintada, cada vez que sale, todas las mañanas sobre los tejados y las antenas de televisión.</p>
<p> En un momento de la existencia del pueblo, no recuerdo con exactitud cual día, ni a que hora, los lugares donde se podía comprar una manzana, de pronto quedaron cerrados, oscuros y desiertos, sin el olor característicos de las frutabombas, los plátanos, las uvas, los melocotones, las peras, las piñas, los mangos y albaricoques. La presencia necesaria y perfecta de todas las frutas y en especial de las manzanas se borró de mi realidad, quedando solo constancia de ellas, las fotos que enviaba el tío Alfredo desde Virginia.</p>
<p> Por más de dieciocho años nunca vi físicamente a una manzana. Cuando me metía en la cama olorosa a jabón militar me ponía a repasar las veces que había visto en películas como le daban mordiscos a aquellas manzanas ruborizadas, que sonaban crash-crash y escurrían gotas-de-miel paradisíacas, delicias en blanco y negro, casi siempre, oscuras, en el frutero de un set soviético de los estudios de post guerra. Nunca supe por qué las manzanas dejaron de venderse, ni cuál fue la causa de la desconfianza que generaba soñar con una manzana.</p>
<p>Un día llegue a casa de los abuelos. Inmediatamente me di cuenta de que interrumpía algo sagrado. La abuela tenía los ojos llorosos. El abuelo se mecía en el sillón buceando en el infinito de la ventana, para que yo no descubriera su tristeza. La carta del tío Alfredo era el único objeto blanco encima de la mesa. Su hijo les escribía como la nieve cubría todas las calles y los comercios se preparaban para recibir la navidad, por doquier la ciudad mostraba sus galas y luces multicolores, realmente era un espectáculo maravilloso. Dentro de la carta, pegadas con cinta transparente, el tío les enviaba doce semillas de manzana, una por cada año, que no veía a sus padres.</p>
<p>Yo me quede callado, presagiando que aquellas semillas eran las culpables de las lágrimas de la abuela y del sortilegio de silencios que se filtraban del pecho del abuelo en cada quejido del sillón. Este se levantó y con mucho cuidado guardó las semillas en una bolsita, dentro del armario verde donde atesoraba sus cosas, al tiempo que murmuraba: __ “mañana será otro día”.</p>
<p>Con el tiempo las semillas de manzana fueron olvidadas, bajo las leyes que impone el tiempo de las islas, de un presente eterno y siempre del mismo color, donde no existen los pasados diez minutos ni los cincuenta años y donde solo, desde fuera, es posible ver las cosas a través de unos prismáticos puesto al revés que alejan, no solo la realidad, sino además el futuro.</p>
<p>Recordando la fabula de mis abuelos me quedé mirando a mi madre, mientras esta sacaba del armario los objetos divinos de su padre y entre ellos la bolsita con las doce semillas de manzana. Aquella noche única le permití que hablara todo lo que quisiera sobre el peso de la distancia y la separación de la familia. De sus planes para sembrar las semillas en el patio, bajo la sombra del ciruelo, sembrado por el abuelo después de aquella tormenta que inundó las calles del pueblo con un lodazal rojo y maloliente. Le permití que hablara hasta que su pelo se hundió en la almohada y su ronquido se elevó donde los cúmulos ocultaban la Luna.</p>
<p>Aunque las sembró en la mejor tierra del patio y las regaba con pasión cada mañana antes de irse para la tienda, las semillas del manzano nunca germinaron. No pudo presumir de los frutos de un manzano bajo la fuerza del sol tropical. Como si la mejor tierra del patio nos recordara las aberraciones de su origen humilde, incapaz de reproducir a una semilla extranjera, inocente de todo lo hermoso y dulce que sus frutos atesoraban.</p>
EL OSO DE PELUCHE
tag:www.creatividadinternacional.com,2018-10-19:3073384:Topic:784929
2018-10-19T21:04:07.404Z
Eduardo Rene Casanova Ealo
https://www.creatividadinternacional.com/profile/EduardoReneCasanovaEalo
<p>No había comido nada en todo el día y por eso me dolía la cabeza. El ocho a diez se complicó y no pude terminar a tiempo para pasar por el Burger King. Por eso ahora estaba parqueando frente al supermercado de la ciento ochenta y seis. En la entrada una mujer negra y gorda con dos niños esgrimía un cartel a la lado de la puerta automática.</p>
<p>Seguro que están vendiendo chocolates, pensé, e inmediatamente recordé que solo tenía diez dólares para comprar algo de almuerzo. Yo trabajo en el…</p>
<p>No había comido nada en todo el día y por eso me dolía la cabeza. El ocho a diez se complicó y no pude terminar a tiempo para pasar por el Burger King. Por eso ahora estaba parqueando frente al supermercado de la ciento ochenta y seis. En la entrada una mujer negra y gorda con dos niños esgrimía un cartel a la lado de la puerta automática.</p>
<p>Seguro que están vendiendo chocolates, pensé, e inmediatamente recordé que solo tenía diez dólares para comprar algo de almuerzo. Yo trabajo en el cable, generalmente me envían para esta zona, donde viven la mayoría de los afro-americanos. No me gusta nombrarlos así. Si estuviéramos en mi país, se les podía llamar lo que son. Allá no tenemos ese tipo de problemas.</p>
<p>No sé por qué me detuve, quizás me llamó la atención el cartel con la foto del oso de peluche. Era una de esas laminas que venden para proyectos de la escuela con la foto en colores de los dos niños, con menos edad, sujetando el oso de peluche. No sé por qué presentí que no estaban ni vendiendo chocolates ni osos de peluche.</p>
<p>-Buenos días – dije tratando de pronunciar correctamente.</p>
<p>-Sr. Cable, buenos días, - respondió ella con acento sureño.</p>
<p>Volví a mirar el cartel mas detenidamente. El oso de peluche tenía una camiseta con algo escrito.</p>
<p>-Lo siento señora – le dije – no tengo mucho dinero encima, no puedo comprarle nada.</p>
<p>-No estamos vendiendo nada – respondió mientras le arrancaba de la mano el cartel a uno de los muchachos.</p>
<p>El sol de noviembre se hacia sentir igual que el de agosto. La personas entraban y salían y apuraban el paso rumbo a sus autos para escapar del bochorno.</p>
<p>-Lo que estamos pidiendo es ayuda.</p>
<p>Los muchachos bien vestidos. Ella misma lucía un uniforme de enfermera. No parecía que estaban en situación de desamparo, le pregunté:</p>
<p>- ¿Cómo puedo ayudarla?</p>
<p>-Queremos que nos devuelvan a nuestra hermana – contestó uno de los muchachos.</p>
<p>Miré al muchacho. Debería tener unos ocho años, camisa de cuadros, espejuelos de grueso cristal.</p>
<p>-No entiendo, ¿qué le paso a ella? – me dirigí a la mujer.</p>
<p>-Mi bebita – explicó ella – hace cuatro meses murió.</p>
<p>Yo estaba mirando la foto del oso de peluche y el texto en la camiseta y me preguntaba si la fecha se refería al cumpleaños o al día de la muerte de alguien. He visto todo tipo de calamidades, pero sigo aun sin comprender por qué algunas desgracias carecen de recompensa.</p>
<p>-Pusimos sus cenizas dentro del oso de peluche -explicó – era su oso de peluche.</p>
<p>Creo que estuve con ellos bajo el sol frente a la puerta automática del supermercado por espacio de treinta minutos, la gente entraba y salía. Ya no tenia hambre y el dolor de cabeza descendió al corazón. Supe que pusieron al oso de peluche junto a unos cachivaches en el auto el día de la mudada y alguien les robo algunas cosas y al oso de peluche con las cenizas de la nena dentro.</p>
<p>Salí del lugar no sin antes tomarle una foto al cartel con los datos del oso de peluche y desde hace días ando con un cartel bien grande en la parte de atrás del van de la compañía. La gente me mira en los semáforos. Algunos saludan. Ayer, en el último trabajo se apareció el supervisor. Me pidió que quitara el magnético, pues estaba en contra de la póliza de la compañía. No quiero perder mi trabajo. No siento ira, él es tan solo el mensajero de las malas noticias que siempre nos dicen cuánto de frágiles somos.</p>
DEL MONO AL HOMBRE Y VICEVERSA
tag:www.creatividadinternacional.com,2018-10-18:3073384:Topic:784613
2018-10-18T18:29:24.636Z
Ángel Medina Martos
https://www.creatividadinternacional.com/profile/AngelMedinaMartos
<p><a href="http://storage.ning.com/topology/rest/1.0/file/get/2867700329?profile=original" target="_self"></a></p>
<p><strong>«DEL MONO AL HOMBRE Y VICEVERSA» Ángel Medina</strong></p>
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<p><span>“Que animal tan feo es el mono y cuánto se nos parece.”</span> (Cicerón)</p>
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<p>La teoría darwiniana es ampliamente aceptada por la comunidad mundial. Ciertamente, la evolución no crea, pero la creación sí evoluciona. Desde el comienzo (alfa) todo se dirige a…</p>
<p><a href="http://storage.ning.com/topology/rest/1.0/file/get/2867700329?profile=original" target="_self"></a></p>
<p><strong>«DEL MONO AL HOMBRE Y VICEVERSA» Ángel Medina</strong></p>
<p> </p>
<p><span>“Que animal tan feo es el mono y cuánto se nos parece.”</span> (Cicerón)</p>
<p> </p>
<p>La teoría darwiniana es ampliamente aceptada por la comunidad mundial. Ciertamente, la evolución no crea, pero la creación sí evoluciona. Desde el comienzo (alfa) todo se dirige a su realización (omega). Caminar hacia adelante, desde el caos de los electrones, protones y neutrones que son contenidos en los átomos, y que finalmente se convirtieron en estrellas y galaxias, hasta culminar en la hominización del mono. ¿Se corre el riesgo en nuestros días de haberse iniciado la “chimpanificación” del hombre?</p>
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<p>¿Es devenir o retroceso el empobrecimiento anímico, es decir, todo lo que abarca la estética, la ética y los valores superiores? Porque un hombre no puede ser tal siendo inconsciente de ello, esto es, desconectado de sí mismo. Algo que puede suceder, bien por la carencia de determinados valores que él ha desechado y son necesarios para su maduración como persona, y también por la influencia que recibe desde el exterior.</p>
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<p>En tiempos pretéritos y presentes ha habido gente iletrada, inculta, palurda o zote, pero la ignorancia no se había exhibido como alarde. Hoy, sin embargo se corre el lance de que la cultura sea usurpada por el oscurantismo ilustrado<strong>;</strong> la sexualidad por el erotismo<strong>;</strong> los padres sean reemplazados por los tutores; la conciencia por el pasotismo<strong>;</strong> la familia por la juntera<strong>;</strong> la democracia por los partidos y la fe por las ideologías, creándose un vacío existencial. Hoy se prescinde de la autoridad, y aquello de “lo que dice el Papa va a misa” se ha secularizado, y no digamos los consejos paternos, disolviéndose la autoría de la autoridad en no se sabe bien quién o qué. ” ¡Eso era en tus tiempos, mamá!”- suele escucharse- Hoy se discute con acaloramiento ideas que carecen en última instancia de fundamento, sin base para afirmarlas o refutarlas. Así, no es extraño que pueda escucharse de algunos- por poner un ejemplo- que las leyes que rigen el universo son fruto del azar, y cuando se les arguye que por esa regla de tres recorten letra a letra una página del periódico y arrojen todas y cada una de las grafías al suelo, que digan qué probabilidades hay de que aparezca recompuesta tal y como estaba antes y la lean, nos dirán<strong>:</strong> ¡Venga, hombre, ¿cómo va a ser eso?! ¿Y no es infinitamente más complejo lo primero que lo segundo?</p>
<p> </p>
<p>En consecuencia cabría preguntarse: ¿la gente lee hoy o consume ideologías? Y si lo hace, ¿el qué? Los sabihondillos han tenido acceso a la educación, pero no digieren los propios pensamientos y se dejan pensar por otros. La influencia que proviene de fuera- léase determinados medios de comunicación- los cuida con programas basura que acaban por embrutecer conciencias. Es tanto como antaño hiciera Roma con el pan y el circo, proporcionando a su clientela un nulo crecimiento intelectual y por el contrario embotándole los sentidos. Y ¡oh, paradoja!, bajo la carpa del coliseo se va creando una nueva idiosincrasia bañada de progresismo en el que crecen los enanos que se constituye en la clase dominada y tele-conducida. “¡Repita usted conmigo-nos dirán- <strong>:</strong> esto es modernidad!”, y lo considerarán un progresista.</p>
<p> </p>
<p>Y así va a los que no se conforman con tan poco. Ya pueden haberse leído a los clásicos, desde Platón a Virgilio, pasando por Unamuno o toda la Generación del 98, o un tratado sobre embriología, que les van a contradecir sin argumentos o con falacias, eso sí, sin pudor alguno. ¿Y qué razón darán? ” ¡Pues que lo digo yo!” O “¡Porque sí!”</p>
<p> </p>
<p>Pero, también hay hombres enchufados que agonizan en su `propio desierto, tomándolo como oásis. Hombres anónimos conectados a infinidad de contactos que se vacían de sí para llenarse de “lo otro”. De todo eso que, no estando, está, no se sabe dónde ni para qué.</p>
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<p>Siendo más fácil para la comprensión, podrá arrojarnos su identidad el retrato robot de cualquiera de ellos. Es aquel que busca la compañía solitaria o la incomunicación acompañada por una multitud invisible, con la diferencia de que puede oírles e incluso verles a distancia, pero no tocarlos. Es lo que el aliento a la voz<strong>:</strong> palabras ahuecadas que se llevan las ondas y aterrizan en cualquier lugar en el que se halle. De lo personal a lo colectivo y de la masa a la soledad. En el fondo es lo que busca<strong>:</strong> el descompromiso. La desconexión de sí, anclado en un multiplicador, rehuyendo cualquier nudo gordiano que lo ate a su yo. Para ello se enchufa a una cosa llamada sistema operativo, convirtiéndose en una especie del cableado del “Matrix”, y cuyo último engendro es el “Whatsapp”. Algo que crea adicción, necesitando estar conectado a cualquier hora, bien sea comunicándose con ajenos - incluso estando acompañado por propios- o cruzando un semáforo, desentendiéndose de que puedan atropellarle.</p>
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<p>Es necesario recobrar el yo perdido y abandonar tantas clavijas e influencias. De no hacerlo es fácil caer en la definición del hombre masa. Serlo o no serlo, la medida está en la dependencia de las conexiones y no dejarse abducir por una cultura que nada aporta y sí vacía de valores. Información, ciertamente. Formación- consecuencia de lo anterior-, también. Pero todo esto para que se pueda formar su propia opinión, asumiendo lo que piensa. Nunca involucionar, porque eso conduce de nuevo al mono.</p>
<p> </p>
<p>Y, concluyendo, ¿se han preguntado estas personas sobre la finalidad de su propia evolución? ¿Hacia dónde van? ¿Qué sentido tienen sus vidas? Bueno sería que se plantasen a reflexionar. Porque, si no salen ellos al encuentro de esas preguntas, las preguntas se abalanzarán sobre ellos en el momento más inoportuno- incluido el último- sin haber entendido de su devenir.</p>
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Destino Común
tag:www.creatividadinternacional.com,2018-09-24:3073384:Topic:780953
2018-09-24T12:42:21.442Z
Andrea Zurlo
https://www.creatividadinternacional.com/profile/AndreaZurlo
<p>Caminaban en lenta procesión, una tras otra.</p>
<p>Acababan de superar una colina de tierra y ahora, ante sus ojos, se extendía el prado verde, un lugar seguro. Bastaba con llegar al pie de la vieja encina para sentirse a casa.</p>
<p>Cuando la tierra comenzó a vibrar intercambiaron miradas asustadas.</p>
<p>Sentían las vibraciones cada vez más cercanas. La guía las incitó para que continuaran su marcha como hasta entonces, no existía un válido motivo para temer, ni tampoco cabía otra…</p>
<p>Caminaban en lenta procesión, una tras otra.</p>
<p>Acababan de superar una colina de tierra y ahora, ante sus ojos, se extendía el prado verde, un lugar seguro. Bastaba con llegar al pie de la vieja encina para sentirse a casa.</p>
<p>Cuando la tierra comenzó a vibrar intercambiaron miradas asustadas.</p>
<p>Sentían las vibraciones cada vez más cercanas. La guía las incitó para que continuaran su marcha como hasta entonces, no existía un válido motivo para temer, ni tampoco cabía otra solución.</p>
<p>¡¡¡Pum…pum!!! Cada vez más cerca.</p>
<p>Las de atrás fueron las primeras en romper filas.</p>
<p>Desconcierto y terror.</p>
<p>No había escapatoria, bajar velozmente hacia el prado podía ser la única salvación.</p>
<p>Eran enormes y muchísimas, de todos los colores.</p>
<p>El pánico duró unos segundos, como siempre, la destrucción requiere sólo unos instantes.</p>
<p>Las sobrevivientes miraron a su alrededor los cuerpos inertes, se formaron en fila y continuaron su marcha. Uno se acostumbra a todo.</p>
<p>Es el destino de las hormigas seguir adelante. Igual que el de los hombres.</p>
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<p>Andrea Zurlo©</p>
MATRIARCADO Ángel Medina
tag:www.creatividadinternacional.com,2018-08-21:3073384:Topic:775495
2018-08-21T17:22:04.211Z
Ángel Medina Martos
https://www.creatividadinternacional.com/profile/AngelMedinaMartos
<p><strong>«</strong> <strong>MATRIARCADO</strong> <strong>»</strong><strong> Ángel Medina.</strong></p>
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<p>Más allá de la tentación de la manzana, la mujer reivindica el lugar que considera corresponderle en la sociedad. Hubo una época en la cual mantuvo el predominio o mayor autoridad social. Muchos hemos oído hablar del “Matriarcado” (del griego <em>mater archein,</em> que equivale a gobernar) Esto es<strong>:</strong> el gobierno de las…</p>
<p><strong>«</strong> <strong>MATRIARCADO</strong> <strong>»</strong><strong> Ángel Medina.</strong></p>
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<p>Más allá de la tentación de la manzana, la mujer reivindica el lugar que considera corresponderle en la sociedad. Hubo una época en la cual mantuvo el predominio o mayor autoridad social. Muchos hemos oído hablar del “Matriarcado” (del griego <em>mater archein,</em> que equivale a gobernar) Esto es<strong>:</strong> el gobierno de las mujeres. Desde entonces, la Ciencia ha progresado enormemente y no sería baladí preguntarnos<strong>:</strong> ¿tendrán ellas en un futuro próximo la llave en sus manos?</p>
<p>Con motivo de la presentación de un libro titulado “El amante clonado” hube de abordar el tema de la reproducción humana. En la actualidad parece estar “congelado”, aunque en cualquier momento podría reactivarse (a veces, el silencio que envuelve las investigaciones suele ser proporcional a su importancia)</p>
<p>Al hablar de la clonación nos solemos acordar de la ovejita “Dolly”, que sobrevivió al experimento, aunque murió prematuramente, si bien fueron necesarios casi trescientos intentos fallidos hasta conseguir el éxito que se buscaba. Esto equivale a la eliminación de muchos zigotos, o lo que es igual, a prescindir de vidas incipientes. Surge una pregunta: ¿Es posible con los humanos? Ciertamente, resultaría más complejo, pero no imposible.</p>
<p>Detengámonos en este punto para precisar<strong>:</strong> ¿en qué consiste la clonación?</p>
<p>Las células humanas poseen 46 cromosomas, a excepción de las reproductoras que poseen 23. Al unirse y combinarse los 23 pares se reconstruirá la fórmula cromosómica con el ADN del nuevo ser. La vía natural es el coito, pero también puede alcanzarse mediante la fecundación artificial, bastando unir en una probeta los gametos masculino y femenino y posteriormente implantando el zigoto en un útero.</p>
<p>Pero, ¡atención!, pues es posible introducir una célula somática (soma= cuerpo)- indistintamente masculina o femenina- en el ovocito, al que previamente se le ha desprovisto de su núcleo. ¿Qué ocurriría en tal caso? Pues, que siendo única la aportación, limitándose el huevo a recibirla para su posterior desarrollo, el resultado sería idéntico al donante. Sin embargo, no concluye todo aquí, ya que las posibilidades pueden ser más amplias.</p>
<p>Se ha observado en la naturaleza (citaré el mundo de los insectos) que las abejas y los zánganos salían de huevos no fecundados, en tanto que la reina y las obreras sí lo eran. Esto es la <em>partenogénesis:</em> la posibilidad de desarrollarse un gameto femenino sin el recurso del masculino. Siguiendo esta vía, tomemos un óvulo de mujer y vaciémoslo de su contenido (así eliminaríamos la carga genética), extraigamos una célula somática de su propio cuerpo (ésta sí posee 46 cromosomas) y finalmente la implantamos en dicho huevo. El resultado sería una hembra idéntica a ella misma como doblemente donante y receptora. Auto-inseminación.</p>
<p>Hasta aquí el proceso. Pero ¿y las consecuencias? ¿Es válido el principio científico de que todo lo que es posible debe hacerse? ¿Adónde podría llevarnos? ¿Progreso? ¿Y el costo?</p>
<p>Recordemos lo dicho sobre la partenogénesis. Inseminándose a una mujer por otra mujer e incluso por sí misma, el producto sería otra hembra. Valiéndose de la técnica podría procrearse exclusivamente entre mujeres. ¿Qué es algo anti natura? ¿Procreación aburrida? ¿Sexualidad reprimida? ¿Ética errabunda? Lo cierto es que, suprimida la vía natural de la copulación se eliminaría a Adán y sobreviviría Eva por el procedimiento inducido, dándose lugar a una sociedad de féminas. Feminización total.</p>
<p> Puede que alguien sonría malévolamente, aduciendo que estamos hablando de ciencia-ficción. Ficción, por el momento y en parte. Ciencia, siempre. ¿Sería desmesurado pensar que andando el tiempo alguna científica “progre” lo intentara? Y es que, una vez abierta la “Caja de Pandora”, ¿quién volverá a meter al genio dentro del tarro? Consideración que debe llevar a la toma de conciencia social. ¿Mejor tirar la llave al fondo del mar cuando todavía estamos a tiempo?</p>
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