A USTEDES

A ustedes:

Hoy a mis cuarenta años y una vida bien vivida desde mi punto de vista, que

es el que importa, le escribo a mis nietos. Hasta el día de hoy no tengo hijos de

carne, pero tengo hijos de papel, tengo más de cien hijos que salieron de mi

alma y de mi mente desde que era chiquitita. Siendo menor de cinco años le

pedía a mi madre que me leyera todo lo que veía y por esos años comencé a

leer gracias a ella, luego en la escuela me enamoré del lenguaje, el cuaderno

azul y la comprensión lectora, más tarde el idioma español se convirtió en un

amorío pasajero hasta que al fin a los catorce años, ya habiendo leído varios

autores llegó el amor de mi vida: La literatura.

Fue un amor perfecto y correspondido, un amor mágico, pero difícil de

concretar, yo leía y leía y mi mano escribía y escribía hasta que a mis más de

treinta conocí un tratamiento perfecto de fertilidad, un taller literario, pocos

meses después nació mi primer hijo en un país vecino y luego vinieron otros y

otros, ahora son más de cien, y quiero más. Esta carta es para mis nietos,

aquellos que estudien a mis hijos, aquellos que los disfruten, aquellos que se

inspiren con ellos y tengan a sus propios hijos, a esos nietos les pido que sigan,

que cumplan sus sueños, que disfruten el arte, que es la prueba del paso

del humano por el mundo y el secreto de la inmortalidad.

Con todo el amor del mundo, de su fértil abuela que desconoce cuál de

sus hijos eternos los hará nacer y los volverá felices y eternos como yo:

Andrea Pereira