La obsesión de Lewis Carroll por la niñas convertida en una novela de suspense

El premio 'Nadal' Guillermo Martínez recupera los personajes de 'Los crímenes de Oxford' para armar un 'thriller' en torno al creador de 'Alicia en el país de las maravillas' y su probable pedofilia

Han pasado más de 15 años desde que una endiablada mente matemática pusiera en jaque la comunidad universitaria de Oxford con sus Crímenes imperceptibles (2003). A quella novela publicada en España al año siguiente como Los crímenes de Oxford fue llevada al cine por Álex de la Iglesia y marcó la consagración definitiva de Guillermo Martínez (Bahía Blanca, Argentina, 1962).

Sin embargo, los protagonistas de aquel exitoso -fue publicado en 40 idiomas- thriller de misterio ahora regresan incólumes en Los crímenes de Alicia (Destino), flamante novela ganadora del Premio Nadal 2019. Es decir, el viejo profesor de lógica Arthur Seldom y su joven discípulo argentino, el doctorando G (trasunto del autor, que pasó por esas mismas aulas).  «En el tiempo de la literatura han pasado pocos meses», cuenta Martínez divertido, porque si aquellas muertes trascurrían en 1993, a las que se enfrenta ahora, que rinden homenaje a Lewis Carroll, tienen lugar en el verano de 1994.

Pero con todo, los personajes no son los mismos, «aquí están más comprometidos con la trama, el narrador se enfrenta a un peligro inminente y Seldom padece un gran dilema ético al final de la novela», avanza el argentino con cautela para no caer en el spoiler. Digamos que el viejo profesor llega a la verdad, pero, como suele suceder, a veces es mejor callarla. «Tiene esa idea casi supersticiosa de no querer actuar en el mundo real porque todo lo que hacemos tiene consecuencias impredecibles», explica. «Por eso dice 'si llamamos a la policía habrá un crimen', una frase que en Argentina entendemos muy bien», arremete y no bromea, porque la corrupción policial e institucional en su país hace inverosímil cualquier relato policíaco protagonizado por un poli.

Lo cierto es que, si la lógica matemática daba la clave de las pasadas muertes en Oxford, ahora los misteriosos crímenes parecen seguir la disparatada u onírica lógica de Alicia en el país de las maravillas. Crímenes que se desatan en la Hermandad Lewis Carroll a partir de la próxima publicación de los diarios del escritor victoriano, y del hallazgo en el archivo Carroll de Guildford de un documento que revela el contenido de las comprometedoras páginas arrancadas de su dietario. Alguien no está dispuesto a que la perturbadora querencia del escritor por las niñas impúberes salga a la luz y para evitarlo puede que recurra hasta a los métodos de la Reina de Corazones.

Ese punto de partida y el hallazgo de la dramaturga Karoline Leach de las páginas arrancadas es completamente cierto. Pero sólo hasta ahí, porque la verdadera Sociedad Lewis Carroll tiene muy poco que ver con la Hermandad de la novela.

Pero, en definitiva, ¿qué se le perdió a Guillermo Martínez en Wonderland? Sobre todo, dos cosas: «La parte siniestra o pesadillesca que hay en el libro de Alicia», dice. Y, por otro lado, «algunas cuestiones profundas de filosofía del lenguaje, que era el campo de Carroll».

En la tradición de Borges y Umberto Eco, la novela de misterio para Martínez es vehículo para llevar al lector hacia otro lado. «En todas mis novelas está esa línea teórica por debajo; me interesa que la trama, el suspenso y los giros dramáticos lleven de manera ligera la carga de la reflexión».

En todo caso, la verdad incómoda sobre la que gira la reflexión filosófica aquí es la probable pedofilia del autor victoriano.  «Quería reflejar ese juicio sobre el que aún se discute, porque sobre cada argumento en una dirección también hay pruebas de lo contrario», explica.

El ser humano es contradictorio, parece decir Martínez, y los opuestos conviven en todos nosotros. «Me interesan eso dilemas, como el personaje de Henry Haas, que ama a las niñas, pero puedes estar seguro de que no las toca ni las tocaría.

Mientras tanto, sigue trabajando pero apuntando hacia Henry James, porque su próxima novela, La última vez, rendirá tributo a La próxima vez del americano, ambientada en le mundo literario barcelonés.