Blanca Romero: "Me ponen cachonda mis haters"

Blanca Romero: "Me ponen cachonda mis haters"


La actriz vuelve al cine después de más de una década de la mano de 'La abadesa', de Antonio Chavarrías, y lo hace dispuesta a todo: "Me apetece dar vida a una psicópata asesina".

Blanca Romero (Gijón, 1976) es lo más parecido a un tornado de lo que ha sido capaz el cine reciente (y parte del asturiano). Y, como tal, ejerce. Arrasa en pantalla en el papel de monja tozuda y cabal en La abadesa, de Antonio Chavarrías, y arrasa en cada una de sus declaraciones.

Desde su irrupción en After, de Alberto Rodríguez, allá en 2009, esta actriz además de modelo se ha prodigado lo justo. Ella controla cada segundo de sus carrera, dice, hasta el punto de jactarse de haberla detenido durante una década entera para cuidar de sus hijos. La película que ahora presenta es oficialmente su regreso y lo es con todas las consecuencias. "No creo que puedan olvidarse de mí fácilmente", afirma. Y tiembla el mundo.

¿Qué es eso de regresar?
Me puse un límite de tiempo: una década para cuidar de mi hijo. Con diez años, un niño ya puede empezar a ser más independiente. Las cosas vienen cuando tienen que venir.
¿Tuvo miedo de que se hubieran olvidado de Blanca Romero?
Para nada. Unos nacen médicos, otros etarras y otros nacemos actores. Cuando naces artista, sabes que tienes que contar algo, compartir algo y ser generoso con la gente. Mi misión es dar un punto de luz a la sociedad y lo tomo como una responsabilidad. Podría ser otra cosa y no exponerme tanto, pero esto no funciona así. Ser artista para impresionar no vale de nada. Yo estoy aquí para inspirar a los demás.
¿No sufre esperando que suene el teléfono como muchos de sus colegas?
Vivir con presión no es vivir. Hay que saber disfrutar de los momentos en los que paras porque son esenciales para tu desarrollo como persona, para curarte, para quitar toxinas, para reponerte; paras para crecer, para vivir, para tener algo que transmitir. Si vives pensando solo en trabajar, ¿qué tienes para ofrecer? Me dicen: «¿Qué tal Blanca? ¿No trabajas?». «No, ya trabajas tú por mí», les respondo. La vida es una y hay que saber vivirla y sufrirla.
¿Ha notado algún cambio en la industria que dejó?
Tengo mi sitio intacto y me siento completamente renovada. Me quieren lo mismo. Yo estoy preparada para volver.