Perfume

Quien haya escrito, quien haya

roto sus sellos secretos,

destruído sus códigos,

y vaya por el idioma

con sus perros de caza,

sus halcones de cetrería,

en pos de las parábolas,

entremezclando fórmulas...

O haya indagado en sí mismo,

haya penetrado al sótano,

a sus mazmorras nauseabundas

con una pluma de paloma,

con un amuleto de Eleusis,

y un niño apenas vidente

reconociendo a ciegas,

nombrando por los contornos.

Quien haya impreso sus dedos,

sus incisiones de cálamo,

y se haya reconocido

en el taciturno zagal,

en el aprendiz de varón

oculto tras los visillos,

ebrio de perfume de mujer.

Por cualquier comienzo la misma

puerta, las mismas ventanas,

el mismo zaguán con alguien

sentada allí desde siempre,

imborrable de la memoria.

Haya, entonces, testimoniado

la escritura de los prófugos

asomado a aquella ventana,

mirando alejarse su sombra.

O mirándola regresar,

y buscarse entre las páginas,

buscarse a ciegas, tactando,

ebrio aún de aquel perfume.

   Ulises Varsovia 

   De: Inconsistencia (2005)