Esta novela está dedicada a los hipócritas, escépticos, fanáticos , sobre todo a los temerosos  acomplejados, que les facilitan el terreno a los primeros.

¡Voto a bríos! es una expresión antigua que la mayoría de jóvenes desconoce y cuyo uso de remonta al Siglo de Oro español. Antes de este eufemismo con el que se expresa la intención de rogar o jurar por Dios sin nombrarlo para no blasfemar, estaba prohibido hacerlo y perseguido por la justicia, pero gracias al ingenio de la época, se buscó una fórmula en la que enmascaraba el nombre del Creador para que no pudieran acusarlos de herejía. Sin embargo, la portada de este libro es bastante anacrónica dado que en ella aparecen tres diablillos que nada tienen que ver con la raíz del texto y que mejor le iría ¡Va de retro...!, pero eso es lo que pretendo, crear la controversia para que nadie se fie de lo que ve, ni de lo que oye y ponga en funcionamiento su instinto. A parte de sacar del baúl de los recuerdos tan sonora frase y ponerla a circular, deseo que les sirva a mis personajes como exclamación sustitutiva del venablo, improperio, taco o exabrupto, que tan reiteradamente son utilizados en nuestros días perdiendo su fuerza  razón de ser.Lo que intento exponer en este libro de opinión, sin mantener una clara cronología, el lector lo decidirá,  tanto si es positivo como negativo, espero que le sirva para reflexionar.

Por si a alguien le interesa, lo puede localizar en: www.amazon.es/dp/B0C1J2Q94J