Siendo todo Uno Mismo, resulta que aquello de lo que creemos carecer es también aquello que estamos negándonos a reconocer en nosotros. Siendo todo Uno Mismo, aquello que es juzgado como ajeno y externo siempre será un reflejo proyectado del juicio propio e interno. He aquí, por lo tanto, que al culpar a otros, a la vida, al mundo, etc., en realidad estamos manifestando, exteriorizando, ventiland…