A quien le lloras llorona, por donde tu deambular aparece
si ya al lago de Texcoco te apareciste y frustante fue tu buscar
en las orillas, en el centro te adentraste y nada te apareció,
por las calles de pueblo caminando la noche se apaga y
el nuevo amanecer te sorprende, tu llanto a leguas se oye
y a todo aquel que lo escucha, de rodillas ruega al cielo
se apague tu penar.
Ay, de mi lloron…