EL TORDO
El viejo amigo se asoma a la ventana de su cuarto cada amanecer. Todos los que pasan a sus labores lo ven y saben que contempla a su compañero el tordo, negro en el blanco matinal, plumas de paraguas y patas finas y duras como estilete de escriba.
Antes de que reciba el aroma del café y el tordo siga su camino, el viejo responde el saludo del solitario músico de negra levita. El tordo…