Tatiana abre sus ojos, está demasiado oscuro para comprender donde se encuentra.
Intenta sentarse, pero el espacio es tan reducido que no puede.
Levanta las manos, palpa su entorno, nota que algo la tapa, y abre aún más sus ojos.
Grita llamando a su madre, las lágrimas le empapan el rostro, y no para de golpear.
Recuerda el destello frente a su bici, el choque que la hizo perder el control cayend…