Una tarde de verano en que la floresta brinda su gama de colores, y la víspera se va ocultando detrás del horizonte. Un poco ermitaño Julio César, un adolescente de trece años paseaba por la orilla de la rivera disfrutando de la maravilla que le brindaba el ocaso y sobretodo gozaba de la tranquilidad a su corta edad era inusual en un chico de esa época.
El silencio acariciaba la tarde y s…