Reconstruyo mis manos con cuerdas y bemoles. Mis pies, con sedimentos de montaña. Mi mirada, con ráfagas de aire de mil y una letras espejadas. Mi voz rota rompe las rejas del papel y escapa hasta el País de Nunca Jamás donde se esconde el mañana.
(Photo by Facundo Aranda on Unsplash)