Para mí toda la noche terrible elevada,
su ser insubstancial como un bostezo del mundo,
para mí su frío espanto, sus ángeles pavorosos,
su baluarte inaccesible asediado por los sueños,
toda su atroz soledad de interminable viuda.
Amo tu luto solemne, oh dama de obscuro velo,
amo tus altas diademas engastadas en la altura,
tu estilo grave y pausado de penetrar las cosas,
la hoguera que te precede…