Los posts de Felix rizo - Creatividad Internacional2024-03-29T14:24:47Zfelix rizohttps://www.creatividadinternacional.com/profile/felixrizohttps://storage.ning.com/topology/rest/1.0/file/get/7142955263?profile=RESIZE_48X48&width=48&height=48&crop=1%3A1https://www.creatividadinternacional.com/profiles/blog/feed?user=2uattqb3ssbgx&xn_auth=noLUCRECIA BORGIA, por Félix Rizotag:www.creatividadinternacional.com,2021-07-06:3073384:BlogPost:9432742021-07-06T17:30:00.000Zfelix rizohttps://www.creatividadinternacional.com/profile/felixrizo
<p><span style="font-size: 18pt;"><strong><a href="https://storage.ning.com/topology/rest/1.0/file/get/9210513901?profile=original" rel="noopener" target="_blank"><img class="align-left" height="185" src="https://storage.ning.com/topology/rest/1.0/file/get/9210513901?profile=RESIZE_710x" width="185"></img></a></strong></span></p>
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<p><span style="font-size: 18pt;"><strong>Félix Rizo</strong></span></p>
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<p><span style="font-size: 18pt;"><strong>LUCRECIA BORGIA</strong></span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Puta hermosa y candidata</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">A ser…</span></p>
<p><span style="font-size: 18pt;"><strong><a href="https://storage.ning.com/topology/rest/1.0/file/get/9210513901?profile=original" target="_blank" rel="noopener"><img src="https://storage.ning.com/topology/rest/1.0/file/get/9210513901?profile=RESIZE_710x" class="align-left" width="185" height="185"/></a></strong></span></p>
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<p><span style="font-size: 18pt;"><strong>Félix Rizo</strong></span></p>
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<p><span style="font-size: 18pt;"><strong>LUCRECIA BORGIA</strong></span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Puta hermosa y candidata</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">A ser emperatriz del mundo;</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Lucrecia Borgia ha salido</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Con su abanico emplumado</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">A caminar en silencio</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Por las calles de Ferrara.</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;"> </span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">La gente la mira, y vuelve</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">La vista y sigue su andar</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">por la Vía Porta Catena.</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Lucrecia por ser la única</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Hija de un Papa incestuoso</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">La ha coronado la gloria:</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Con dos bocas</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Siete ombligos y diecinueve pezones.</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;"> </span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Divina; sus muslos densos</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Derrumban la ciudadela</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Por su pelambre que baja</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">De los pechos hasta el vientre.</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Cara triste y encogida</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">De pelo enmarañado y rojo</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">En un moño</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Alto y esquivo,</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Como Beatriz Portinari</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Esperando eternamente</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">En un puente sobre el Arno.</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;"> </span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Lucrecia y varias gaviotas pelonas</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Surcan el cielo cobrizo;</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Ella continua el camino,</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Variando paso y mordida…</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Un adiós como una raja</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Perfecta en la noche tierna.</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Noche que no ha descendido</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Por las calles de Ferrara.</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;"> </span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Ah, la duquesa perfecta,</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">La muerte embalsamada y loca</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">En el atuendo que lleva</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Con una cruz y una tiara.</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;"> </span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Lucrecia Borgia, el veneno</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">En el anillo de plata…</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">En el anillo de plata</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;"> En el anillo de plata.</span></p>UNA PERRA ANUNCIADAtag:www.creatividadinternacional.com,2021-06-15:3073384:BlogPost:9414132021-06-15T12:00:00.000Zfelix rizohttps://www.creatividadinternacional.com/profile/felixrizo
<p><span style="font-size: 14pt;"><strong>"Cuanto más conozco a la gente, más quiero a mi perro." Diógenes de Sinope.</strong></span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;"> <a href="https://storage.ning.com/topology/rest/1.0/file/get/9094069895?profile=original" rel="noopener" target="_blank"><img class="align-left" src="https://storage.ning.com/topology/rest/1.0/file/get/9094069895?profile=RESIZE_710x"></img></a></span></p>
<p><span style="font-size: 14pt;">Laika, la perra de Juliana Almendros arribó bien temprano a su casa después de un largo paseo por el parque. Corto con su cuerpo por entre las…</span></p>
<p><span style="font-size: 14pt;"><strong>"Cuanto más conozco a la gente, más quiero a mi perro." Diógenes de Sinope.</strong></span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;"> <a href="https://storage.ning.com/topology/rest/1.0/file/get/9094069895?profile=original" target="_blank" rel="noopener"><img src="https://storage.ning.com/topology/rest/1.0/file/get/9094069895?profile=RESIZE_710x" class="align-left"/></a></span></p>
<p><span style="font-size: 14pt;">Laika, la perra de Juliana Almendros arribó bien temprano a su casa después de un largo paseo por el parque. Corto con su cuerpo por entre las tinieblas del lugar hasta llegar al cuarto de su ama que dormía tirada en el suelo como un animal salvaje. Laika dejó su cartera en una mesa y se quitó el hermoso atuendo de colores tenues para colgarlo en un clavo oxidado de la pared. Después se paró media desnuda en un rincón del cuarto a contemplar bajo el silencio gordo de la tardía mañana la morada que llamaba hacía cinco años su casa. Observó las tongas de motas y otras pelusas que se alzaban con pereza por cada espacio de las habitaciones. Un polvo achocolatado y con olor a rancio se unía, despiadadamente, a la desgracia del lugar encerrado por los esquemas del asco.</span></p>
<p><span style="font-size: 14pt;">Respiró profundo, pero con miedo a perderse en medio de la ley infinita del caos que reinaba a cada segundo sobre todo lo que existía bajo el techo de la casa. Vio cómo se amontonaba por toda rinconera, pasillos, y estantes: insectos muertos, pelos deslucidos, inmundicia sin nombre. Por el suelo de losetas grises podía notar gargajos secos por el tiempo y un tipo de mugre ajena a toda la realidad humana y que, hasta ese momento, nunca había tenido definición. Caminó despacio hasta la antesala. Se tropezó con sobras de comida por sillas y banquetas; varios objetos perdidos en su cochambre y hasta un par de ratas muertas que posaban al desnudo sus babas hediondas desde un florero.</span></p>
<p><span style="font-size: 14pt;">Sintió ganas de llorar y de orinar al mismo tiempo. Se acercó a la puerta del baño y una bombilla impávida vomitaba un poco de resplandor que dejaba al blanco un millar de guasasas que merodeaban por el inodoro y el lavabo. ¡Jesús, María y José! No supo si persignarse o salir corriendo hacia la calle sin pensar jamás en un retorno. Estaba algo cansada de la caminata por el parque, pero no había lugar para poner las nalgas, por lo que decidió ir a la cocina donde tal vez, encontrara una silla o un rincón limpio donde echarse. Entró en la cocina, ay, la cocina, ay, ay, ay… ¿es esto la cocina, Santa Elena de Constantinopla? Una pregunta, un mandato, un no sé qué y era que no había palabras para describir el espanto cocinado que se aliñaba en aquella habitación. Para empezar, los gabinetes, el refrigerador, la estufa estaban vacíos de alimentos y llenos de basura, simple y llanamente. Ni un mendrugo de sobra quedaba en el lugar. Solo cascajos de colores insipientes de lo que parecían ser huesos secos y unos enormes pellejos azul oscuro que ella imaginaba que solo se podrían encontrar en el infierno dantesco.</span></p>
<p><span style="font-size: 14pt;">¡Cómo lloraba Laika, la perra Shih Tzu, rodeada de la bazofia monumental de aquella covacha repleta de inmundicia y estrangulamiento! ¿Y su dueña? ¿Dónde, qué hacía, cómo valorar el comportamiento de aquella mujer olvidada por los siglos de la creación, y que ahora, como una puerca vieja yacía tirada sobre el cemento liso del piso de su cuarto enterrada baja las sombras de la repulsión? ¿Estaría soñando con varios demonios hermosos descendiendo al tártaro? O quizás no, su eterna irrealidad había llegado a tal extremo que Laika pensaba- que por el apacible contraste de su cara- pudiera muy bien estar delirando sobre la historia de una Cenicienta peluda que le sonreiría desde un coche lleno de calabazas podridas y que estaba relegado al servicio de un príncipe innoble de dientes careados y ojos de lechuza.</span></p>
<p><span style="font-size: 14pt;">¿Quién sabe y a quién importaba a esa hora de la mañana todo ese jelengue? Poco quedaba de aquella mujer que una vez había sido hermosa, llena de unos colores destellantes por los cachetes y los labios y una sonrisa que paraba automóviles en la avenida. ¡Qué tiempos aquellos cuando a ella, la perra Laika, la bañaban diariamente con Jabón de Castilla, le ponían Agua de Violetas sobre el lomo y le daban para entretenerse – y limpiar sus dientes a la vez- un enorme hueso de cachalote! Todo se había fugado del ámbito de sus vidas. Regresó a su cuarto vía una pequeña saleta al costado de la cocina. Desde allí pudo notar una pecera verde y pegajosa y diez y nueves ojos que la miraron en uní-sono: pobre de ustedes. En este lugar no queda esperanza alguna de supervivencia.</span></p>
<p><span style="font-size: 14pt;"> Se dirigió con prisa hasta su cuarto y descolgó del clavo su vestido. Se lo puso con algo de tolerancia y forma. Después se maquilló los ojos y los labios y se miró al espejo una vez más. Se sacudió el lomo y un hato de pelos blancos cayó al suelo. Sin mirar atrás caminó hasta la puerta de la calle y la abrió de sopetón. Salió andando altiva por la calle como si hubiese sido la perra más feliz del universo. Inhaló poco a poco del aire lento y purificado por el mundo. Notó en su reloj la hora: diez antes de las doce del mediodía. Se sonrió en silencio. Siguió camino por la calle hasta toparse con la avenida que a esta hora se cargaba de los mil ruidos de metales y cláxones en perpetua conmoción. Esperó pacientemente hasta que vio la enorme rastra, dura, colorada, y de unos enormes cristales por parabrisas. Cerró los ojos y se lanzó hacia la muerte sin quejido y sin remordimiento.</span></p>
<p><span style="font-size: 14pt;"> </span></p>UNA MUJERtag:www.creatividadinternacional.com,2021-06-11:3073384:BlogPost:9410242021-06-11T17:00:00.000Zfelix rizohttps://www.creatividadinternacional.com/profile/felixrizo
<p><span style="font-size: 14pt;"><strong>UNA MUJER</strong></span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Dicen que anda buscando una mujer desesperadamente.</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Mujer, mordisco, tetas o colchones,</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Tiene que llegar pronto, ni mañana ni en doce días.</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Debe tocar su alma antes que anochezca…</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;"> …</span></p>
<p></p>
<p><span style="font-size: 14pt;"><strong>UNA MUJER</strong></span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Dicen que anda buscando una mujer desesperadamente.</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Mujer, mordisco, tetas o colchones,</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Tiene que llegar pronto, ni mañana ni en doce días.</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Debe tocar su alma antes que anochezca…</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;"> </span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Anda buscando él solo, una mujer tergiversada</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Peluda, apagada, penitente</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Algo así como él mismo; para poder</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Llegar a comprender juntos los dos</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">que el mundo</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Es definitivamente un lugar repleto de delirantes…</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;"> </span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Quiere esa mujer, sea la mujer puta</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Arisca, pervertida</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Sea una mujer rubia, azul o con esmaltes</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Blancos en las caderas;</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">No le importa</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">No tiene que ser una divinidad mítica, ni simbólica,</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Solo una mujer que se acueste en su cama,</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Le cante en voz baja</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Una canción antigua,</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Le busque el mechón de pelos</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Que guarda entre su pecho y la conciencia,</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Y lo llame por su nombre</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Aunque nadie más lo escuche….</span></p>
<p><br/> <span style="font-size: 12pt;">Oh dioses eternos</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Seres siderales y celestes</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Que lo ayuden, les ruega</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Que no lo olviden, reclama...</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Que él solo es un hombre</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Como todos los hombres de este planeta</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Aunque su escoliosis es extrema</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Su tartamudez indefinida</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Su cabello ralo y agonizante,</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">El merece una mujer infinita</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Una mujer hecha de tierra y aire</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Una mujer tan mujer</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Como esas que fueron mujeres</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Mucho antes de que él llegara</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">A la tierra como hombre:</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Una mujer, oh Dios, aunque sea</span></p>
<p><span style="font-size: 12pt;">Hecha a pedazos de tristezas.</span></p>NOCTURNO 20tag:www.creatividadinternacional.com,2021-05-26:3073384:BlogPost:9399122021-05-26T15:30:00.000Zfelix rizohttps://www.creatividadinternacional.com/profile/felixrizo
<p><strong> NOCTURNO 20</strong></p>
<p>Todas las noches a las doce</p>
<p>Un viento desde el mar</p>
<p>Me dice que aun existes…</p>
<p> </p>
<p>Que tan larga la hora reduce la distancia</p>
<p>Como reloj que borra los errores del tiempo;</p>
<p>Fantasma memorable de vuelo hacia lo oscuro</p>
<p>A guardar su presencia en algo ineludible…</p>
<p> </p>
<p>Dormido me desvelo pensando que posees</p>
<p>El poder de la magia y los encantamientos,</p>
<p>Que puedes elevar un ala hacia las…</p>
<p><strong> NOCTURNO 20</strong></p>
<p>Todas las noches a las doce</p>
<p>Un viento desde el mar</p>
<p>Me dice que aun existes…</p>
<p> </p>
<p>Que tan larga la hora reduce la distancia</p>
<p>Como reloj que borra los errores del tiempo;</p>
<p>Fantasma memorable de vuelo hacia lo oscuro</p>
<p>A guardar su presencia en algo ineludible…</p>
<p> </p>
<p>Dormido me desvelo pensando que posees</p>
<p>El poder de la magia y los encantamientos,</p>
<p>Que puedes elevar un ala hacia las sombras</p>
<p>y crear el pasado en forma indefinible…</p>
<p> </p>
<p>Es a las doce en punto cuando siento que tocas</p>
<p>Con tus dedos delgados</p>
<p>La puerta de mi casa,</p>
<p>Yo hundido en el aire frio de mi cuarto</p>
<p>Abandono mi espacio</p>
<p>Y te busco en las sombras…</p>
<p> </p>
<p>A las doce es que reina la mejor de las horas</p>
<p>El mismo puntillismo de una pintura eterna,</p>
<p>Doce como carrozas sin duendes ni princesas,</p>
<p>Hora de comprender<br/> que nacimos muy tarde.</p>
<p> </p>
<p>Todas las noches a la misma hora</p>
<p>Medianoche en el lapso de una noche increíble,</p>
<p>Un viento desde el mar</p>
<p>Me dice que tú existes</p>
<p>Y que vas por el mundo</p>
<p>En un aparte intenso de emociones calladas,</p>
<p>Casi casi imposibles…</p>UNA PERRA ANUNCIADA.tag:www.creatividadinternacional.com,2021-05-25:3073384:BlogPost:9397422021-05-25T13:00:00.000Zfelix rizohttps://www.creatividadinternacional.com/profile/felixrizo
<p></p>
<p>"Cuanto más conozco a la gente, más quiero a mi perro." Diógenes de Sinope.</p>
<p> </p>
<p>Laika, la perra de Juliana Almendros arribó bien temprano a su casa después de un largo paseo por el parque. Corto con su cuerpo por entre las tinieblas del lugar hasta llegar al cuarto de su ama que dormía tirada en el suelo como un animal salvaje. Laika dejó su cartera en una mesa y se quitó el hermoso atuendo de colores tenues para colgarlo en un clavo oxidado de la pared. Después se paró…</p>
<p></p>
<p>"Cuanto más conozco a la gente, más quiero a mi perro." Diógenes de Sinope.</p>
<p> </p>
<p>Laika, la perra de Juliana Almendros arribó bien temprano a su casa después de un largo paseo por el parque. Corto con su cuerpo por entre las tinieblas del lugar hasta llegar al cuarto de su ama que dormía tirada en el suelo como un animal salvaje. Laika dejó su cartera en una mesa y se quitó el hermoso atuendo de colores tenues para colgarlo en un clavo oxidado de la pared. Después se paró media desnuda en un rincón del cuarto a contemplar bajo el silencio gordo de la tardía mañana la morada que llamaba hacía cinco años su casa. Observó las tongas de motas y otras pelusas que se alzaban con pereza por cada espacio de las habitaciones. Un polvo achocolatado y con olor a rancio se unía, despiadadamente, a la desgracia del lugar encerrado por los esquemas del asco.</p>
<p>Respiró profundo, pero con miedo a perderse en medio de la ley infinita del caos que reinaba a cada segundo sobre todo lo que existía bajo el techo de la casa. Vio cómo se amontonaba por toda rinconera, pasillos, y estantes: insectos muertos, pelos deslucidos, inmundicia sin nombre. Por el suelo de losetas grises podía notar gargajos secos por el tiempo y un tipo de mugre ajena a toda la realidad humana y que, hasta ese momento, nunca había tenido definición. Caminó despacio hasta la antesala. Se tropezó con sobras de comida por sillas y banquetas; varios objetos perdidos en su cochambre y hasta un par de ratas muertas que posaban al desnudo sus babas hediondas desde un florero.</p>
<p>Sintió ganas de llorar y de orinar al mismo tiempo. Se acercó a la puerta del baño y una bombilla impávida vomitaba un poco de resplandor que dejaba al blanco un millar de guasasas que merodeaban por el inodoro y el lavabo. ¡Jesús, María y José! No supo si persignarse o salir corriendo hacia la calle sin pensar jamás en un retorno. Estaba algo cansada de la caminata por el parque, pero no había lugar para poner las nalgas, por lo que decidió ir a la cocina donde tal vez, encontrara una silla o un rincón limpio donde echarse. Entró en la cocina, ay, la cocina, ay, ay, ay… ¿es esto la cocina, Santa Elena de Constantinopla? Una pregunta, un mandato, un no sé qué y era que no había palabras para describir el espanto cocinado que se aliñaba en aquella habitación. Para empezar, los gabinetes, el refrigerador, la estufa estaban vacíos de alimentos y llenos de basura, simple y llanamente. Ni un mendrugo de sobra quedaba en el lugar. Solo cascajos de colores insipientes de lo que parecían ser huesos secos y unos enormes pellejos azul oscuro que ella imaginaba que solo se podrían encontrar en el infierno dantesco.</p>
<p>¡Cómo lloraba Laika, la perra Shih Tzu, rodeada de la bazofia monumental de aquella covacha repleta de inmundicia y estrangulamiento! ¿Y su dueña? ¿Dónde, qué hacía, cómo valorar el comportamiento de aquella mujer olvidada por los siglos de la creación, y que ahora, como una puerca vieja yacía tirada sobre el cemento liso del piso de su cuarto enterrada baja las sombras de la repulsión? ¿Estaría soñando con varios demonios hermosos descendiendo al tártaro? O quizás no, su eterna irrealidad había llegado a tal extremo que Laika pensaba- que por el apacible contraste de su cara- pudiera muy bien estar delirando sobre la historia de una Cenicienta peluda que le sonreiría desde un coche lleno de calabazas podridas y que estaba relegado al servicio de un príncipe innoble de dientes careados y ojos de lechuza.</p>
<p>¿Quién sabe y a quién importaba a esa hora de la mañana todo ese jelengue? Poco quedaba de aquella mujer que una vez había sido hermosa, llena de unos colores destellantes por los cachetes y los labios y una sonrisa que paraba automóviles en la avenida. ¡Qué tiempos aquellos cuando a ella, la perra Laika, la bañaban diariamente con Jabón de Castilla, le ponían Agua de Violetas sobre el lomo y le daban para entretenerse – y limpiar sus dientes a la vez- un enorme hueso de cachalote! Todo se había fugado del ámbito de sus vidas. Regresó a su cuarto vía una pequeña saleta al costado de la cocina. Desde allí pudo notar una pecera verde y pegajosa y diez y nueves ojos que la miraron en uní-sono: pobre de ustedes. En este lugar no queda esperanza alguna de supervivencia.</p>
<p>Se dirigió con prisa hasta su cuarto y descolgó del clavo su vestido. Se lo puso con algo de tolerancia y forma. Después se maquilló los ojos y los labios y se miró al espejo una vez más. Se sacudió el lomo y un hato de pelos blancos cayó al suelo. Sin mirar atrás caminó hasta la puerta de la calle y la abrió de sopetón. Salió andando altiva por la calle como si hubiese sido la perra más feliz del universo. Inhaló poco a poco del aire lento y purificado por el mundo. Notó en su reloj la hora: diez antes de las doce del mediodía. Se sonrió en silencio. Siguió camino por la calle hasta toparse con la avenida que a esta hora se cargaba de los mil ruidos de metales y cláxones en perpetua conmoción. Esperó pacientemente hasta que vio la enorme rastra, dura, colorada, y de unos enormes cristales por parabrisas. Cerró los ojos y se lanzó hacia la muerte sin quejido y sin remordimiento.</p>
<p><span> </span></p>ADIOS A ALINA GALIANOtag:www.creatividadinternacional.com,2021-05-24:3073384:BlogPost:9399802021-05-24T22:30:00.000Zfelix rizohttps://www.creatividadinternacional.com/profile/felixrizo
<p><a href="https://storage.ning.com/topology/rest/1.0/file/get/8969241664?profile=original" rel="noopener" target="_blank"><img class="align-left" src="https://storage.ning.com/topology/rest/1.0/file/get/8969241664?profile=RESIZE_710x"></img></a> Cuando se muere alguien que una vez conocimos</p>
<p>Los sentidos se truecan, pensar es un delirio.</p>
<p>El silencio grotesco de los gastados ruidos</p>
<p>Exalta con su lengua, la lengua del martirio,</p>
<p> </p>
<p>Pasan volando grises las gaviotas al viento</p>
<p>Perdemos por segundos los minutos de olvido</p>
<p> </p>
<p>Cuando ha muerto ese alguien…</p>
<p><a href="https://storage.ning.com/topology/rest/1.0/file/get/8969241664?profile=original" target="_blank" rel="noopener"><img src="https://storage.ning.com/topology/rest/1.0/file/get/8969241664?profile=RESIZE_710x" class="align-left"/></a>Cuando se muere alguien que una vez conocimos</p>
<p>Los sentidos se truecan, pensar es un delirio.</p>
<p>El silencio grotesco de los gastados ruidos</p>
<p>Exalta con su lengua, la lengua del martirio,</p>
<p> </p>
<p>Pasan volando grises las gaviotas al viento</p>
<p>Perdemos por segundos los minutos de olvido</p>
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<p>Cuando ha muerto ese alguien que conversó contigo,</p>
<p>Que te leyó poemas y compartió sus mitos.</p>
<p>El mundo es más pequeño, el sol, mucho más frío…</p>
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<p>Se escuchan las palabras de momentos pasados</p>
<p>Como fantasmas viejos balbuciendo al oído.</p>
<p> </p>
<p>¡Cuando se muere alguien que una vez conocimos!</p>
<p> </p>
<p>Y es lenta la tristeza, y aún más lenta la ida;</p>
<p>Imprecisa la espera, casi casi infinita…</p>
<p>Porque al morirse alguien que compartió contigo</p>
<p>Que disfrutó tus horas, que bebió de tu vino,</p>
<p> </p>
<p>¡Qué vacío quedamos</p>
<p>Los que seguimos vivos…!</p>LA AMADA INFIELtag:www.creatividadinternacional.com,2020-12-16:3073384:BlogPost:9272142020-12-16T19:37:02.000Zfelix rizohttps://www.creatividadinternacional.com/profile/felixrizo
<p>"Hay que ser infiel, pero nunca desleal.” Gabriel García Márquez.</p>
<p> Quiero que me dejes, Porfírio. Esta mañana al levantarme me he dado cuenta de que ya no te quiero. Yo, Estrella, estoy completamente segura de lo que quiero o no quiero, y a ti ya no te quiero. Y punto. Y es que estoy aburrida de tus palabras, que las repites como un papagayo sin compasión a toda hora; día y noche, como tratando de hacerme saber qué me quieres más que a nadie en este mundo, como si fueras…</p>
<p>"Hay que ser infiel, pero nunca desleal.” Gabriel García Márquez.</p>
<p> Quiero que me dejes, Porfírio. Esta mañana al levantarme me he dado cuenta de que ya no te quiero. Yo, Estrella, estoy completamente segura de lo que quiero o no quiero, y a ti ya no te quiero. Y punto. Y es que estoy aburrida de tus palabras, que las repites como un papagayo sin compasión a toda hora; día y noche, como tratando de hacerme saber qué me quieres más que a nadie en este mundo, como si fueras un superhombre, el macho cabrío que no conoce los límites del poder de la fauna mundial.<br/> Tus manos, Porfírio, cuando me tocan, me dan asco, siento tus dedos como si fueran tentáculos fríos que me avasallan sin piedad, sin medir las consecuencias. El saberte desnudo de cuerpo entero a mi lado en las noches, me causa unos deseos de vomitar terribles; las náuseas son espantosas, y aunque tú nunca te has dado cuenta, los retorcijos son insoportables, casi me ahogan del asco. Y lo peor de todo, Porfírio, es que cuando me haces el amor, jamás soy participe de ese acto tuyo cochambroso, al contrario, lo que hago es que programo la consciencia como si fuera una muñecona de trapo y digo, este no es Porfírio el que me toca, porque no siento ya nada, no tengo la menor sensibilidad en este cuerpo cuando sé que es él quien está a mi lado….y me oyes en la oscuridad gimiendo, ay , Porfi, ay, Porfi, ay, ay, ay. Pero todo es como si estuviera actuando en una película porno. Estoy jugando el papel de la amada descocada, para que creas que me haces hervir de amor. Gimo, chillo, me retuerzo como una culebra, y todo es puro chantaje de mujer. A veces, me revuelco como una puerca por toda la cama y tú atrás de mí con tu soberbia, tu hombría media mocha y sin belleza alguna para poder atraer a una mujer como yo…y yo haciéndote creer que eres lo más grande del mundo, el hombre perfecto, el que puede complacer tanto a una mujer como a una yegua. Pero lo que tú no sabes es que soy un témpano de hielo de arriba abajo.<br/> Otras veces cierro los ojos y me entretengo contando chivos en el aire: uno, dos, tres, cuatro, cinco, como cuando uno quiere dormirse, Porfírio y otras veces, me imagino que estoy hablando con mi amiga Idalmis por teléfono, Idalmis, mija, aquí estoy ahora en carne viva, claro. ¿Cómo lo sabes? Sí, mañana estaré todo el día lavando la ropa de la semana, Idal, ¿y tú qué haces, amiga? Ah, un potaje de garbanzos. ¡Qué rico! Mientras tú, Porfírio, sigues jadeando como un perro, con la lengua tres kilómetros afuera, los ojos abiertos como un degenerado en la oscuridad, fuera de sus órbitas y la babaza esa que te cae de la boca o de la nariz, porque nunca lo he querido averiguar, porque hay cosas, Porfírio, que es mejor dejarlas olvidadas para siempre, porque si no, la realidad puede llegar a ser la misma muerte y yo Idal, y le echaste choricito y carnita de puerco a los garbanzos? Y tú no paras. Ahora, casi al momento de tu fatal orgasmo, empiezas a contraerte de arriba abajo y comienza a salirte un tufo por el cuerpo como si fuera agua podrida o cualquier otra fetidez indescriptible. Y lo que de verdad creo, Porfírio, es que te estás descomponiendo en vida, me imagino los gusanos entrándote por la boca y haciendo sus nidos de horror entre tus dientes que llevan varios días sin cepillar por ser el puerco mayor que eres. Ese amor tuyo por mí te ha hecho un hombre, no maduro, pero ya muy pasado de todo, casi podrido. Y yo, Idal, a esos garbanzos no se te olvides de pelarlos bien y sazonarlos con comino y orégano y si tienes una hojita de laurel, se la echas también. Tú Porfírio, ya te siento zapateando entre las sábanas, buscándome para comenzar de nuevo, cuando, en realidad, yo estoy metida debajo de la cama, huyendo de tu mahomía, de tu horror.<br/> Oigo tu respiración tan fuerte, tan alta, que parece un altoparlante asqueroso, que molesta, que rompe la pelusa del tímpano, estás en todo tu esplendor grotesco buscándome como si yo fuera una bibijagua, pero, ni te imaginas que estoy bien escondida, y tú lo tomas a juego y yo…que no empiece a llover y le caiga un rayo y lo parta en dos… No, Porfirio, yo estoy huyendo de tu vapor, de tu aliento, de tus manos. Idal, no te olvides dejar los garbanzos a fuego lento por lo menos una hora, ¿me oyes? Yo sigo escondida en la oscuridad del cuarto y ahora, me arrastro por el suelo y voy poco a poco avanzando hasta llegar a la puerta. La hemos dejado abierta, no, la he dejado yo abierta, he preparado toda la trama, no puede haber fallos y te hablo ahora cuando me encuentro parada bajo el umbral en las tinieblas. Mira, Porfi, te dejé un poco de leche fría en la mesita de noche. Cru cruc cra cruc, crac cruc cruc. Te oigo protestar porque te has dado cuenta de que no estoy por el alrededor de la cama. Tómatela para que cojas energía para la segunda parte de nuestro amor idílico. Desde la puerta todavía a oscuras. Idalmis, no le pongas mucha sal que, si no se ponen un poco duros, la sal los endurece. Y oigo ahora: cluc, cluc, cluc, te has tomado todo el vaso y yo, cierro los ojos llena de felicidad y respiro profundo y me rasco una teta en señal de victoria. Espero, tengo todo el tiempo del mundo. Espero porque el reloj que llevo en mi mente es un reloj poderoso que no tiene horas si no el hacha del destino, las flemas de la tortura. Te escucho caer de lleno sobre la almohada, el vaso se rompe en el suelo, las sábanas parecen rodar hacia el infinito y comprendo una vez y para siempre…sí, Idalmis, mi amiga, claro que vamos por tu casa a comernos ese potaje tan rico mañana en la tarde. Te lo aseguro.</p>CAPERUCITA ROJAtag:www.creatividadinternacional.com,2001-01-20:3073384:BlogPost:9397272001-01-20T23:00:00.000Zfelix rizohttps://www.creatividadinternacional.com/profile/felixrizo
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<h1>CAPERUCITA ROJA </h1>
<p><em>"En cuanto un animal se trastorna, comienza a parecerse al hombre" Cioran</em></p>
<p></p>
<p>Caperucita Roja</p>
<p>Con la caperuza cobriza</p>
<p>El pelo enmarañado como un hisopo,</p>
<p>Las ropas apestando un aire de desolación…</p>
<p>Niña espantosa, con los dientes cariados,</p>
<p>Una prótesis metálica por pie derecho… </p>
<p>Yo te conozco, Caperucita Roja,</p>
<p>Te conozco desde niño</p>
<p>Cuando mi madre con sus labios de…</p>
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<h1>CAPERUCITA ROJA </h1>
<p><em>"En cuanto un animal se trastorna, comienza a parecerse al hombre" Cioran</em></p>
<p></p>
<p>Caperucita Roja</p>
<p>Con la caperuza cobriza</p>
<p>El pelo enmarañado como un hisopo,</p>
<p>Las ropas apestando un aire de desolación…</p>
<p>Niña espantosa, con los dientes cariados,</p>
<p>Una prótesis metálica por pie derecho… </p>
<p>Yo te conozco, Caperucita Roja,</p>
<p>Te conozco desde niño</p>
<p>Cuando mi madre con sus labios de paloma</p>
<p>Me hacía volar a otros mundos buscando la realidad</p>
<p>de tu historia desolada…</p>
<p>Ahora que divagas como fantasma</p>
<p>Sin rumbo</p>
<p>Buscando un cuerpo para hacerlo tu majar,</p>
<p>Pon atención a mis palabras;</p>
<p>Caperucita Roja:</p>
<p>Rojas entrañas, rojos arbitrajes.</p>
<p>Te digo en secreto que existe un bosque</p>
<p>Enorme y tenebroso como tú misma vida,</p>
<p>Que se abre de pronto allá lejos</p>
<p>Por donde tus pasos ahora se dirigen.</p>
<p>En ese bosque, querida criatura,</p>
<p>Burlesca y nauseabunda,</p>
<p>Vive un lobo muy hermoso,</p>
<p>Con las guedejas platinadas</p>
<p>como una puta hollywoodense,</p>
<p>Y un rabo fantásticamente peludo…</p>
<p>Ese lobo tiene las carnes tiernas,</p>
<p>El costillar perfecto para una mordida</p>
<p>De tus colmillos desgastados.</p>
<p>Tiene la boca pequeña</p>
<p>Y los ojos minimalistas</p>
<p>Como una pintura de Piet Mondrian,</p>
<p>Lo mejor aún: es un cobarde.</p>
<p>Por eso te repito: él está rondando</p>
<p>Como un ser perdido</p>
<p>Entre los árboles despechugados </p>
<p>De ese matorral,</p>
<p>Desde la época en que perdió Toda su intrepidez. </p>
<p>Tú debes acercarte despacio, silenciosa</p>
<p>Y de un zarpazo acabar con su vida.</p>
<p>Tienes solo una oportunidad, solo una!</p>
<p>Las patas de ese animal son poderosas, </p>
<p>Vuelan como si fueran alas de torcazas;</p>
<p>Si lo dejas ir</p>
<p>Jamás te encontrarás de nuevo con él</p>
<p>¡Tu estómago quedará vacío!</p>
<p>Corre, entonces, corre, Caperucita Roja,</p>
<p>Rojo corazón, rojos hechizos.</p>
<p>Después que te hartes como todo un troglodita,</p>
<p>Déjale unas migajas a tu pobre abuela</p>
<p>Que tiene tanta hambre como tú…</p>