José H. Garrido el poeta de la ternura, el asombro y la nostalgia

(...) veo raicillas rompiendo el terrón húmedo,

raicillas hundiéndose en mis ojos que no podrán, no,

ver esa mañana en que ya no andaré yo sobre la vida. (José H. Garrido, 1952-1979, Pinar del Río,…

Tres historias de humillación 

A la niña que me ama 

Hablarte ahora no quiero

del maltratador sombrío

que ofuscó mi entendimiento

con su desprecio fingido

y en sus orgías de escarnio,

me degradó cuanto quiso

al tiempo que yo le daba

el trato del gran amigo,

le debo mi enfermedad…

Soy



Vengo de la tierra, amalgama de sabores

de tus brazos vengo

como brisa, como canto sobre la paz y no la guerra.

Soy como soy sin pinceles

y sin lazos

a veces mujer, a veces poeta, a veces simplemente palabra.

Soy la verdadera, la que escasea

soy la franqueza

sobre tejado de vidrios

y caminos sin asfalto.

Soy la verdulera, pregón en mano, comida sirvo

soy la esperanza

y al beso me entrego muda

y a la mentira ciega.

Soy parte…

Beso tu cuerpo en silencio

cada palmo

cada espacio.

Besas mi piel en silencio

cada palmo

cada espacio.

Hay un abrazo que se funde

y duele.

Hay un abrazo largo

que nos estremece.

Beso que estás conmigo

y con él

beso que arrebata

y se pierde.

Beso que se hace

fuerte

crece

vuela.

Beso de dos

que se aman tanto.

Beso que alcanza la cima

sobre cabalgata de tiempo.

Beso que te quedaste ahí

echando…

Habrá una despedida

una palabra

el amor brindará con inocente gusto

y luego el tiempo habrá de encargarse de borrar

cada detalle.

Habrá un abrazo sobre la ciudad insurgente

y luego el tiempo en un arrebato

dejará escapar un alarido de dolor.

Habrá mil y un abrazos en la última entrega

una lágrima nos ofrecerá a nosotros:

amantes eternos

amigos, amantes…

en vez de un beso

un raído equipaje.

Habrá…

Nadie

Fran Alonso

Traducción de Moisés Barcia

Pulp Books (sello de Rinoceronte Editora), Cangas do Morrazo, 2015, 140 páginas.

 …

Hay un espantapájaros verde

sobre la madrugada agria.

Hay un esperpento tierno

sobre el alféizar,

en mi ventana.

Desciende de prisa la niña loca

viste zapatos de sedas

y camisón ajeno.

Hay un espantapájaros ebrio

sobre el arcoíris triste.

Baten alas las mariposas

gime el viento

y la noche tiene frío.

Hay un espantapájaros de amor loco

sobre la cuesta sin frenos.

Cantan los ruiseñores

el viento gime

fría la noche se…

«La niña de sus ojos» narra de forma paralela la vida de Lucia, cuyo padre fue el famoso escritor irlandés, con la de la propia guionista, Mary M. Talbot, ambas con dos progenitores de difícil trato

A lo mejor, tiene razón Cioran,

como pensaba mi antiguo amigo, el pedante ultraconservador,

y no se puede conciliar la verdad para ser coherente

y evitar el sufrimiento de la culpa,

a lo mejor,

el único hombre digno de tener la conciencia tranquila

sea el que acaba de trabajar tan cansado cada día

que no tiene humor para celebrar…

Yo apenas carne

apenas viento

hecha a la vieja usanza

en harapos.

Yo apenas del viento

un soplo

hecha barcaza en madrugada

sin timonel

ni rumbo.

Yo intentando apenas

nombrarte

intentando decir

y hablar

vivir.

Yo que sobre la cumbre

encontré tus brazos

y cuesta abajo tu olvido.

Yo a quemarropa

reclamando un beso

un beso apenas

apenas un beso.

Yo que me…

Se me fue el amor

sobre el lecho del río

sobre la bruma en la tarde

en madrugada.

Se me fue con dolor

como se pare en la selva

sin más verde que el de la madre Tierra.

Se me fue en estampida

tan brutal

que aún tengo miedo

de las tardes vestidas de azucenas

de la risa de los duendes

en las tardes.

Se me fue el amor

y cambié por nada

la esperanza

la alegría

el trino

y…

Del playboy  James Dean al torturado Marlon Brando: la evolución del hombre en el cine hasta los millennial

La masculinidad en el cine es objeto de análisis: unos se preguntan si está en crisis y otros la cuestionan por narcisista, misógina o masoquista

Hay un cielo bajo tu mirada

que incita al sabor de un beso,

hay silencios de vacuas palabras

cuando es tu sonrisa la que promulga un "te quiero"

sintiendo lo pleno en medio de la nada

acariciando tu lluvia con guantes de terciopelo

mientras enlazamos corazones alma con alma

y pieles ávidas, cuerpo con…

Llegaste en un caballito engalanado,

con una cestita de flores y pan de los ángeles

y un saquito lleno de ilusión y misterio

para curar mi alma emponzoñada y aterida,

vestías como una alta dama pero tenías corazón de niña,

repleto de ternura y bondad,

las hadas desaparecen y no regresan

como los sueños puros

para castigar la…

Cáscara de nuez

Ian McEwan

Traducción de Jaime Zulaika

Editorial Anagrama, Barcelona, 2017, 217 páginas

  …

Quisiera ser la primera inspiración de tus amaneceres,

Quisiera ser todo en ti y tener cada noche un nido de amor en tu almohada,

Quisiera acercarme y volar en tus sueños... para tener la dicha que me sueñes,

como lo hago yo contigo.

El tigre del escaparate.-

José Ignacio Velasco Montes. Marbella: 22 / 03 / 2017. Lo colocaron en el escaparate, a la altura de los ojos de los que se detuvieran al otro lado de la luna, una amplia superficie de cristal, recargado de reflejos brillantes de luces y huellas de manos de niños. El peluche miraba, con ojos lánguidos, hacia el amplio pasillo por el que circulaban, con prisas, los que llevaban otras metas, otros objetivos, otras inquietudes, dentro del gran centro comercial.…

Si no escribiera

fuera letargo

somnolencia

agujero negro en el espacio

ahogado corazón

sin resuello

en cada beso que doy

cuando no responden te…

Creía que todos eran pardillos papanatas y que no había nada que un genio como él no pudiera sacarles. Sentía que la vida era muy fácil para canallas como él, todo dependía de que los demás no supieran lo frío que era por dentro. Le gustaba conseguirlo todo gratis pero el amor quería cobrarlo y se convirtió en proxeneta primero y más tarde en el socio del novio de su…

¿Qué hago yo derritiendo glaciares y encendiendo hogueras, en tus labios dormidos, en tu piel morena? ¿Qué hago yo tendiendo ilusiones en tus ojos divinos? ¿Qué hago yo trenzando mil sueños y mil esperanzas que no tienen destino? Yo, Minotauro vagabundo errante en mi laberinto, me cuelgo a tus alas y escapo contigo. Yo, buscador incansable ¡me he perdido! y recitó el maestro -¿Lo creerás, Ariadna? -dijo Teseo-. El minotauro apenas se defendió.