Jodie Foster, Clint Eastwood, Travolta: las películas que en la actualidad la izquierda pacata no les dejaría hacer por políticamente incorrectas

Hombres maduros capaces de seducir a chicas jóvenes para lograr sus objetivos; señoras mayores que coquetean con chicos de la edad de sus hijas; prostitución masculina... El cine de ahora evita las situaciones de conflicto personal.

Mientras Hollywood se la coge actualmente con papel de fumar, en los años sesenta y setenta del pasado siglo los guionistas plasmaron multitud de relatos que difícilmente se podrían rodar en la actualidad. A excepción del cine indie y el europeo, que el año pasado lidió con una historia lésbica en un convento con Benedetta.

Las majors buscan rentabilizar su inversión con argumentos escapistas a lo Harry Potter o el universo Marvel, un género que detestan Alejandro Gómez Iñárritu (58) porque son un "genocidio cultural" y William Friedkin (86), quien durante su visita al Festival de Cine de Sitges en 2015 confesó su animadversión porque "el cine americano es sobre mujeres y hombres volando con mallas, leotardos, capas, máscaras para salvar el mundo. Igual deberían venir a Cataluña y salvar el referéndum".

El blockbuster de los setenta que aún sigue alumbrando por su modernidad es Grease, donde los cuasi pipiolos John Travolta (Danny Zuko) y Olivia Newton-John (Sandy Olsson) sufren una electrificante atracción que durante años nos dio que hablar.

Hasta que llegó el turno de ponerse las gafas con cristal violeta para diseccionar y señalar lo que hoy sería un disparate. Al ser una película familiar intergeneracional pocos se habían parado a pensar en la fragilidad del rol femenino.

Por ejemplo, "Sandy es alguien que para conseguir el favor o el amor del chico que le gusta (Danny) ha de renunciar a quién es ella. Al principio él se muestra como alguien sensible y muy cariñoso al conocerse en la playa, pero para mantener su estatus de macho alfa en la pandilla tiene que ignorarla", asegura Luis. Ocurre de esta manera como todos los roles típicos sexualizados del hombre y mujer en la forma tradicional. "Sandy está sometida. Se ha de convertir en lo que Danny quiere. Además, los chavales no pueden mostrar su sensibilidad porque si no se les tacha de poco varoniles y el tema del sexo sin protección y el embarazo adolescente se trata en tono de comedia".

El autor aún va más allá cuando analiza la escena más emblemática al ritmo de You're the One That I Want cuando Sandy aparece con un outfit total black en el que resalta los pantalones de licra ajustados, la chaqueta de cuero y los zuecos rojos con tacón de madera: "Esto se puede interpretar de dos maneras. Ella deja atrás el estereotipo de niña buena al decidir liberarse o bien se ve forzada por la presión social a convertirse en lo que no es. Incluso aparecen sus amigas que le enseñan cómo tienen que apagar el cigarrillo de forma chulesca".