La incertidumbre de la pandemia del coronavirus está obligando a todos los estudiantes a evaluar constantemente qué riesgos están dispuestos a asumir y a preguntarse si se verán obligados a cambiar sus vidas totalmente otra vez este otoño, como lo hicieron en marzo.

Mientras tanto, ya que las fechas de inicio de clases están programadas para mediados de agosto y principios de septiembre, los administradores de los colegios comunitarios y las universidades se están apresurando a tomar decisiones sobre a quién permitirán regresar al campus y cómo minimizarán la propagación del virus. para ellos.

Además, citando el aumento en los casos confirmados en todo el estado a fines de junio y julio, miembros de la docencia y el personal continúan presionando a las instituciones para que no lleven a cabo clases cara a cara.

Los empleados exigen el derecho a elegir si enseñan desde las aulas físicas o no, señalado que dudan en la habilidad de las escuelas para establecer protocolos de bioseguridad adecuados y en los estudiantes para seguir las reglas.

La joven estudiante de música Katz planteó preocupaciones similares. Dijo que no cree que la reapertura de la Universidad de Miami “sea una idea inteligente” y expresó un deseo de poder usar las salas de práctica de música en el campus sin tener que estresarse de lo que otros miles de jóvenes estén haciendo.

“Tengo miedo de que muchos estudiantes tomen las decisiones incorrectas con respecto a las fiestas y el uso de máscaras”, dijo. “Las universidades no controlarán lo que todos hacen. No pueden”.

En el sur de Florida, la mayoría de las universidades grandes han anunciado que implementarán medidas de seguridad como distanciamiento social, coberturas faciales y cuarentena para aquellos que den positivo.

El plan de repoblación de FIU exige que los cursos se reanuden en persona, en línea y de forma híbrida el 24 de agosto. Alrededor de un tercio de todas las clases se reunirán al menos ocasionalmente en persona después de un verano de clases totalmente virtuales.

La universidad pública con sede en Miami había planeado inicialmente volver a las operaciones normales gradualmente, siguiendo tres fases de reapertura, pero luego de repente abandonó esa estrategia sin explicación. En lugar de requerir pruebas para COVID, FIU pedirá a los estudiantes y al profesorado que usen una aplicación móvil para responder una serie de preguntas sobre síntomas cada día.

La Universidad de Miami (UM) también ofrecerá instrucción en persona, en línea e híbrida, y también usará una aplicación móvil y pedirá a los miembros de su comunidad que se autoexaminen diariamente para ver si contrajeron la enfermedad mortal. La escuela privada, con sede en Coral Gables, comenzará su semestre de otoño el 17 de agosto, una semana antes de lo habitual, para evitar los viajes posteriores al Día de Acción de Gracias.

El presidente de UM, Julio Frenk, médico y ex secretario de salud mexicano, describió la situación como “grave”, pero aclaró que no se puede abordar con una solución en blanco y negro.