El ex director del FBI J. Edgar Hoover había subrayado que el homicidio de Lee Harvey Oswald, el asesino del ex presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy, era un acto "inexcusable", según un memo que figura entre los 2.891 documentos desclasificados por los Archivos Nacionales

    Un memorando aparentemente dictado por Hoover el 24 de noviembre de 1963, poco después de que Jack Ruby le disparó a Lee Harvey Oswald causándole la muerte mientras el presunto asesino era trasladado de una cárcel a otra, integra los casi 2.900 documentos sobre el asesinato de Kennedy.

    "No hay nada más lejos en el caso Oswald, excepto que está muerto", se lee en el texto, que destaca que el entonces titular del Buró de Investigaciones estaba preocupado por las críticas y dudas que pudiera generar entre la sociedad estadounidense el sospechoso homicidio del agresor.

    Hoover calificó más adelante el asesinato de Oswald como "inexcusable" a la luz de las "advertencias al Departamento de Policía de Dallas" que había realizado el el FBI.

    Al referirse a la muerte de Oswald, asesinado a sangre fría cuando tenía las manos esposadas y estaba totalmente indefenso y desarmado, Hoover subrayó que "seguramente habrá quienes en nuestra sociedad les griten que sus derechos civiles fueron violados, y lo que fueron".

    De acuerdo a los archivos liberados, Hoover dijo que el FBI había advertido a la policía de Dallas acerca de las amenazas a la vida de Oswald y que el jefe de policía de la ciudad, Jesse Curry, le había asegurado que Oswald estaría debidamente protegido.

    "Sin embargo", agregó la nota de Hoover, "esto no fue hecho".

    Oswald fue trasladado a la cárcel del condado de Dallas cuando recibió un disparo de Ruby, quien salió de entre una multitud de espectadores y le disparó en el abdomen. Harvey Oswald murió horas después en el mismo hospital de Dallas donde Kennedy había sido declarado muerto dos días antes.

    Hoover agregó que un agente del FBI estaba de guardia en el hospital "con la esperanza de que (Oswald) pudiera hacer una especie de confesión antes de morir, pero no lo hizo".

    Los archivos liberados incluyen también "imágenes borrosas de fotos de vigilancia de la CIA de principios de los años 60, un registro de diciembre de 1963 de visitantes, incluido un oficial de la CIA, al rancho del presidente Lyndon B. Johnson, en Texas; y un memorando de la Casa Blanca de 1965 sobre cómo el FBI y el Servicio Secreto deberían colaborar en la protección presidencial".

    Más allá de los documentos desclasificados  por los Archivos Nacionales, quedan en las sombras centenares de expedientes que el presidente Donald Trump decidió -al menos momentáneamente- mantener en secreto, respetando así los pedidos del FBI y de la CIA.

    "No tengo otra opción", indicó Trump en un memorando, en el que se refirió a un "daño potencialmente irreversible" a la seguridad nacional si permitiera la publicación de todos los registros ahora.