Muchos Corazones Bobos se reunieron un día en un lago
todo poblado de arboles, los desgajaron con arte e
hicieron flechas y arcos. Y se tiraron amándose, como
los Ángeles santos; en el paraíso de los vagos…

Se habían quedado sin trabajo y solo vivían quejándose,
ya que el amor todo dado se había marchado del orbe;
y solo quedaban retazos que aquel cariño de entonces,
que se fundía apagado, en una nada sin goce…

Eran mujeres y hombres, los más viejos, muchos jóvenes,
eran los niños bellacos y adelantados de a doce, pues en
este mundo humano existen hasta los precoces; y vi a
todos los que escaparon, al conteo de los matones.

De esos burdos enviciados que el corazón le robaron a
todo el que no lo tenía malo, de esos que cometen
pecados y luego se hacen los santos; juzgando a quienes
no se ajustaron, a sus látigos negros y bárbaros…

Y los Corazones Bobos hicieron juergas con ánimo, se
besaron, se tocaron, se dieron sangre en los labios, se
dilataron las venas y todos juntos se hornaron. Se pararon,
se sentaron; se dieron vueltas y aplausos…

Y gritaron todos al unisonó: Los todo corazón somos
mágicos, por eso nos amamos tanto.

Y Cupido enganchó a Eva, mientras Adán con Afrodita
se daba un baño en el lago. Las flechas andaban ebrias
con los arcos de combate, y mandaban besos de fresa
en las plumas de sus colas; y entre sus puntas cerezas.

Y de sus sombreros los magos sacaron conejos asados,
pollos fritos, maíz tostado y albahaca en polvo hecha
inciensos para los besos robados. Mezclados con zumo
de verdolaga; y con plasma de corazones cuerdos…

De los mejores soldados que por el lago anduvieron
sueltos; en las fiestas de pasado…

Y hasta algunos vinos buenos trajeron los sin
tormentos, champagne blanco y rosado, whisky, coca
y ron añejo. Con su hielo y sus dos gajos de hierba
buena del patio; de la que crece soñando…

La fiesta fue un rosario endiablado, lleno de pecados
barbaros, porque allí todos se juntaron entonando el
mismo canto: Los todo corazón somos mágicos, por
eso nos amamos tanto; y por eso nos damos a diario.

Pero que nadie venga a quitárnoslo, porque nos
volvemos Diablos. Y solo amamos y amamos a
todo el que venga a darnos, el mismo amor que
buscamos; y buscando el tramo es largo…

Como la circunferencia del lago donde hacemos
nuestros Congresos de Freneticos Chiflados…

Allí todos terminaron sofocados y sonriendo el buen
relajo; y el lago se quedo pasmado, viendo que ardor
había tanto que hasta quisieron secarlo. Pero hubo
como siempre un buen soldado…

Que gritó con desenfado…

¡No esperen otros milagros, que el agua es un bien
preciado; y no podemos gastarlo!

Que nadie me seque el lago porque me estoy
sofocando. Y luego quiero darme un baño cantando
con ranas y sapos: Los todo corazón somos mágicos,
por eso nos amamos tanto; y por eso damos a diario.

¡Los todo corazón somos tantos; que vivimos enviciándo!

Picture by Tony Cantero Suárez.