La presión laboral y la angustia terrorífica ante continuos despidos desembocan en situaciones como las que muestra 'La punta del iceberg'. Maribel Verdú es la protagonista absoluta de la película.

Ella es Sofía Cuevas, a la que le encargan investigar varios suicidios en una empresa. Así descubre abusos de poder, mentiras y numerosas puñaladas. "Es una película tan cruel como realista. El fin nunca debe justificar los medios, pero tristemente no es así", denuncia

La gente se desespera por mantener su trabajo y la dirección abusa cada vez más. "Detrás de un hijo de puta siempre hay uno mayor", dice en la película. "Nunca había hecho un personaje ni parecido así que lo agarré con ganas, mucha ilusión y miedo a la vez. Tenía una gran responsabilidad porque no había tregua ni un día de rodaje. Creo que sólo hay tres planos en la película en los que no salgo".

El guión le estremeció. "Me recordó situaciones que viví hace muchos años. Un productor me llegó a decir en un rodaje: 'Voy a acabar con tu carrera'. No me doblegué ante sus amenazas. Un abuso de poder para mí es algo imperdonable”.

Maribel Verdú comenzó en su oficio siendo una cría. Nunca ha trabajado en una oficina como la de 'La punta del iceberg'. Ni podría. "Llegas a una gran empresa y al principio no te das cuenta de lo que ocurre. La presión laboral es terrible. De pronto echan al de tu lado y tienes que rendir igual y si no ya sabes dónde está la puerta. Mucha gente tiene miedo a denunciar, a plantarse y decir que ya está bien".

Sofía Cuevas no llora, es implacable, fría, casi gélida. "Es lo opuesto a mí". Al ver la película es fácil imaginar un rodaje de alto voltaje emocional. "Es un dramón, pero sé abstraerme en los rodajes.

La historia de la película está basada en hechos reales: los suicidios que hubo en France Telecom, que inspiraron una obra de teatro con el mismo título. Carmelo Gómez, Bárbara Goenaga, Álex García, Fernando Cayo, Jorge Calvo y Ginés García Millán completan el reparto. "Le dije a David Cánovas, el director, que quería estar rodeada no sólo de actores buenos sino de amigos".

Llegaron al rodaje con todo mascado. "Con Carmelo estuvimos cuatro días en su casa trabajando las escenas". Otros, como Álex y Fernando, fueron a la casa de la actriz. Dos semanas de ensayos fundamentales para el resultado. "Me dieron la vida. Quería estudiarme el texto y llevarlo muy muy bien aprendido al rodaje, para poder jugar con él y darle el tono que me pidiera el director".

Estrenada en el Festival de Málaga, este viernes llegará a salas de cine en toda España. No oculta que le haría mucha ilusión llevarse la Biznaga a la mejor actriz del certamen. "Nada de falsa modestia: me haría una ilusión tremenda. Es un personaje que no he hecho nunca y que no puede ser más protagonista".

Hace dos ediciones, recibió un homenaje que no olvida: el Premio Málaga. "Fue uno de esos momentos con los que podría definir qué es la felicidad. No pude estar mejor rodeada, ni sentirme más querida. Fue un momento de felicidad exultante". El reconocimiento incluía un monolito con las huellas de sus manos en un paseo en la playa.

La semana que viene comenzará a trabajar en su próxima película: 'Abracadabra', su reencuentro con Pablo Berger tras 'Blancanieves'. "Estaré dos semanas a tope de ensayos con él. De la película Pablo sólo me deja decir el título. Secretismo absoluto".

Al contrario que el último taquillazo del cine español, 'La punta del iceberg' es una película pequeña, casi independiente. "Está el Real Madrid, el Barça y otros equipos. Ahora estoy jugando en otro equipo.

Un equipo con ilusión, con ganas de ganar, con mucho entusiasmo". Contenta con el recibimiento en Málaga, se queda con un mensaje de la película: "Decía el director que nadie debe dejarse nunca la piel en su trabajo y estoy de acuerdo. Más vale darse cuenta tarde que nunca. No merece la pena. Hay que relativizarlo. Te vas y no te agradecen lo que te has dejado ahí".