Llevaba varios minutos  encerrado en el baño. Tomaba su estomago con fuerza. Sentía un dolor intenso y no podía evitar el llanto. ¿Cuánto tiempo seguiría ese dolor?

Se sufre cuando se está enamorado. Pero en su caso debería haber sabido que no tendría futuro alguno. Tenía más de 20 años de casado. Debía respeto y fidelidad su mujer. Estaba profundamente enamorado de ella. Estaba seguro de que jamás le sería infiel. Pero ahí estaba la piel blanca, suave, y tierna. Era Mónica, la joven secretaria de tan solo 23 años. 

A los pocos meses de haberla visto sus ojos solían encontrarse. Pero solía pensar -Esa chica es bastante guapa.- Lo había pensado antes. Era algo inofensivo. De esa manera no era infiel a su mujer. Jamás le había faltado y nunca lo haría. Peros sus enormes ojos se paseaban de un lado al otro con esa sonrisa de niña coqueta. Era una niña, una verdadera dulzura de mujer.

Mónica tenía una meta firme, ascender rápido en el trabajo y lograr impresionar a su jefe. Nunca se vendería por más necesitada que estuviera. Antes se gastaría la vida trabajando. Desvelo, tras desvelo. Se llevaba trabajo a su casa. Todo para demostrar a su jefe que estaba calificada para un puesto mayor. 

Había visto a Miguel todos los días. Siempre pensó que era un señor adorable. Se solía decir -Yo quiero uno así para mí. Era uno de esos señores chapados a la antigua. Ella se imaginaba de la clase que es fiel, amoroso y respetuoso con su esposa. -Todas las mujeres deberían querer a alguien como él. 

Pasado los días lograron entablar conversación. Si, no solo se veía como una niña, era demasiado inocente. Mónica tenía en la mente cosas como el amor para toda la vida y ser honesto todo el tiempo. Muchos creían que era una ilusa. No hay hombres fieles y debía hacerse a la idea, más a su edad. Sin embargo ella insistía en esas cosas. Miguel estaba de acuerdo con ella. Él mismo se daba a conocer como alguien que decía la verdad sin importar nada. Trataba de ser amable y servicial con todos, él estaba consciente de que luego necesitaría la ayuda de los demás.

-Pero si eres muy guapa. Ya verás que encuentras a un hombre que te ame.

-Eso espero. De hecho conocí a alguien. No sé si sea buena idea, porque hay una diferencia de edad… que me da cierto miedo.  

-No pierdes nada con probar.

El hijo de  Miguel había llegado emocionado porque había conocido a alguien y ya estaba listo para presentársela a sus padres. Miguel tenía todavía la sonrisa que le había dejado conversar con Mónica en la mañana. La joven llegó a las 5:00 p.m. a la casa del emocionado novio. -Papás, ella es mi novia. Mónica.- Los ojos de Miguel se abrieron ampliamente. -¡Miguel!. -Dijo Mónica muy feliz por la agradable coincidencia. 

A las 5:20 p.m. Miguel entró al baño y seguía sin salir. Entre las grandes carcajadas de Mónica, el hijo y la esposa de Miguel se perdía el extraño sonido que salía del baño.