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Comentario por Francisco Sanz Navarro el mayo 22, 2019 a las 11:20am

Agradezco su pronta respuesta, Eduardo Rene Casanova, y comparto sus palabras  a pesar del refrán español: "Mal de muchos, consuelo de tontos". En efecto, mucho antes de conocer Amazon ya sabía que, primero hay que ser famoso, y luego elegir la profesión. Yo me crié en el teatro y después en la televisión española en la que permanecí durante 40 años como escenógrafo y donde aprendí esa triste lección, pero nunca pensé que la sufriría yo pues dentro de mi círculo ya era famoso. Tras jubilarme, todos se olvidaron de mi y comencé de nuevo, pero ya sin el apoyo del cartel de crédito que salía en pantalla tras mis intervenciones. Fui un profesional solamente, no di nunca que hablar y me comporté como un ciudadano corriente, y ese debió ser mi error, pero no me arrepiento y, por lo tanto, tampoco puedo quejarme ahora por no ser "popular", pero habrá que seguir en la lucha para que no nos ahogue la nostalgia. Agradezco el poema que me envía como colofón y espero reencontrarnos en próximas intervenciones. Un fuerte abrazo, colega.

Comentario por Eduardo Rene Casanova Ealo el mayo 22, 2019 a las 8:22am

Llevo más de 2 años publicando en Amazon. Hasta la fecha tengo 6 libros publicados en sus dos formatos (digital y en papel) precios módicos. Francisco sufro de lo mismo que usted sufre. Pocas ventas, algunos títulos han tenido cero ventas. A pesar de, la divulgación, entrevistas, artículos publicados sobre ellos y sobre mi labor como escritor en revistas, medios de prensa, etc. He estado pensando sobre el asunto mucho tiempo, investigando las causas de que la luz no se haya hecho para mis títulos, como para otros libros de escritores como usted que acudimos al sistema de auto publicación de amazon. Creo que el principal motivo es que pocas personas leen hoy en día. Los lectores de nuestros libros están saturados por la eficiencia-ineficiencia de las redes sociales, las series macarrones de Netflix, donde la literatura se muestra como picadillo molido a través de los efectos especiales, que algunos cerebros prefieren más que el esfuerzo en leer una obra literaria de 500 páginas. 

En lo personal he cometido el error del principiante que usa por primera vez las herramientas digitales para auto publicar libros. Dicho error ha sido en concentrarme a vender libros en vez de vender una imagen. Mi imagen como escritor. No he dedicado tiempo ni recursos financieros a ello. Me ha tentado más vender mis libros, sus caratulas hermosas, rebosantes de mensajes subliminales. Debo comenzar a trabajar en ello. La gente quiere ver a un escritor de manera diferente. Lo mismo en un video leyendo su obra frente al mar que otro evento social, rodeado de gente común y tomando mucha cerveza. Como decía   Charles Bukowski en su magistral poema "Así que quieres ser escritor". Hay que ir a cuanto evento literario ocurra en la ciudad, tocar las puertas de la radio y los periódicos (esos a los criticamos) por estar llenos de artículos mierderos, insípidos, pero que son leídos por personas que aun disfrutan la letra impresa. Y ellos son los que necesitamos. Hay que venderse como un tele'-evangelista, como un político (también los rechazamos) pero algo bueno hacen que mienten y la gente vota por ellos. En fin hay que afeitarse todos los días, buscar a los lectores como se busca al pan nuestro de cada día. Esa es la lista de las cosas que estimo yo debo cambiar. Le saludo, le abrazo en nuestro dolor compartido y le copio el poema y un enlace de un articulo mierdero que habla sobre el tema. 

http://www.ciberautores.com/frustrado-con-amazon.html#.XOU-7dRKjid

Si no te sale ardiendo de dentro,
a pesar de todo,
no lo hagas.
A no ser que salga espontáneamente de tu corazón
y de tu mente y de tu boca
y de tus tripas,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte durante horas
con la mirada fija en la pantalla del ordenador
o clavado en tu máquina de escribir
buscando las palabras,
no lo hagas.
Si lo haces por dinero o fama,
no lo hagas.
Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte
y reescribirlo una y otra vez,
no lo hagas.
Si te cansa sólo pensar en hacerlo,
no lo hagas.
Si estás intentando escribir
como cualquier otro, olvídalo.

Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti,
espera pacientemente.
Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa.

Si primero tienes que leerlo a tu esposa
o a tu novia o a tu novio
o a tus padres o a cualquiera,
no estás preparado.

No seas como tantos escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman a sí mismos escritores,
no seas soso y aburrido y pretencioso,
no te consumas en tu amor propio.
Las bibliotecas del mundo
bostezan hasta dormirse
con esa gente.
No seas uno de ellos.
No lo hagas.
A no ser que salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.
A no ser que el sol dentro de ti
esté quemando tus tripas, no lo hagas.
Cuando sea verdaderamente el momento,
y si has sido elegido,
sucederá por sí solo y
seguirá sucediendo hasta que mueras
o hasta que muera en ti.
No hay otro camino.
Y nunca lo hubo.