Por Sandra Valenzuela

Miguel Ángel Bonillas Burboa es uno de los escritores más románticos que conozco. Su obra literaria abarca distintos géneros: poesía, cuento, haikú, autobiografía, crónica y minificción, así como una significativa obra plástica en la cual se destacan rostros femeninos (considerando entre ellos a las poetas Alba Brenda Méndez Estrada, Claudia Chávez, y a la artista plástica Carolina Romero Silva). Ha ejercido también la crítica literaria, siendo además locutor, editor y gestor cultural. Ahora bien, la literatura es su pasión y su manera de expresarse en el mundo que le tocó vivir; su obra posee vida propia y prevalece la contemplación diligente que denota, de manera simbólica, ese viaje sin límites hacia la mujer amada.

El poeta construye en cada verso la íntima relación entre mundo, vida e ideal idílico en ese plano intangible propio del fenómeno poético: el amor. La voz de Miguel Ángel siempre anuncia el nacimiento de un nuevo poema mientras sus ojos negrísimos nos invitan a una buena charla con una mirada negrísima paralela a su personalidad enigmática, de un hombre que, en la vida cotidiana, dramatiza hasta el transcurrir del tiempo para llevarlo a la complacencia del poema.

Leer Dictados del alma permite al lector conversar con el poeta, relacionarse verdaderamente con sus preceptos de vida, sus parábolas de amor, despedida, con sus adioses y las imágenes furtivas escritas en las horas nocturnas ante esa urgencia de hablar de todo aquello que surge en el corazón de un hombre, búsqueda de lo extraordinario en el lenguaje, mismo que toda vez es el cuerpo que posee la poesía. Bonillas efectivamente ha aportado nuevas dimensiones al arte sonorense a partir de influencias intimistas, como alguna vez lo dijo la maestra Alba Brenda Méndez Estrada en el prólogo realizado al libro Con la tinta del alma III: “Entre las tintas del alma, entre el gozo o el duelo de amor, el poeta Bonillas se explica a sí mismo y ante la llama doble que es el amor, así también de otros dolores; no solo de poetas sino de todo viviente: silenciar”.

HECHICERA

Ayer en mi jardín
llovió agua salada,
brotaron flores negras,
murieron las palabras,
el páramo sombrío
se encuentra desolado,
sin aves ni esperanzas
cubierto de hastío.
En tu vergel florido
la lluvia de bondad,
el sol resplandeciente,
sin huellas de abandono,
los árboles sonríen
fructifican las piedras
y no hieren tu pie
ni cardos ni espinas.
Hechicera de sueños
que trocas noche en día,
dadora de ilusiones,
hiladora de versos
voltea tus pupilas
y con fértil mirada
aleja nubarrones
y siembra en mí la vida.

Nota: Dictados del alma fue presentado en el XII Festival HISAR 2019. Prólogo y presentación del maestro, gestor cultural, escritor  y político Francisco Palacios. (Telesecundaria Sahuaral)