Cuenta Mario Vargas Llosa que escribir un cuento para niños supuso uno de los mayores retos de su carrera literaria. Acostumbrado a tejer tramas para un lector adulto, al abordar la historia de 'Fonchito y la luna' tuvo que ponerse en la piel de los más pequeños, recuperar sus recuerdos de la infancia e imaginar cómo sería una historia de amor infantil con la chica más guapa de la clase.

"Es muy difícil escribir para niños tan jóvenes como a los que iba dirigida esta colección de cuentos y yo hice la prueba de leérselo a una de mis nietas, de muy poco años, a la que le pedí luego que me volviera a contar el cuento para ver si lo había comprendido. Me lo refirió con absoluta exactitud, de manera que pensé: he dado en el clavo", recuerda el peruano.

"Escribí 'Fonchito y la luna' para un proyecto liderado por Arturo Pérez-Reverte que apareció en una colección de relatos para niños. Debía ser muy corto y lo escribí muy rápido utilizando como su protagonista a un personaje, Fonchito, que ya había aparecido antes en dos novelas mías: 'Elogio de la madrastra' y 'Los cuadernos de don Rigoberto'", explica Mario Vargas Llosa en una entrevista.

El autor de obras tan influyentes como 'La ciudad y los perros' o 'Pantaleón y las visitadoras' cuenta en esta historia recomendada para niños a partir de cinco años el proceso que atraviesa Fonchito desde que se enamora de una compañera del cole hasta que se embarca en una divertida aventura para lograr su primer beso. Es un relato que habla de valores como el esfuerzo, el tesón o la confianza en uno mismo y que explora las percepciones que los demás tienen de nosotros durante la infancia.

"Creo que es importantísimo que la afición a la lectura se desarrolle muy pronto y que los niños descubran, gracias a ella, que la ficción enriquece la vida, aumenta nuestras experiencias, y que las armas que hacen posible este enriquecimiento son la imaginación y las palabras. Por eso, debería haber mucha buena literatura al alcance de los niños. Y todos los escritores deberíamos poner nuestro granito de arena para ello", opina quien fue galardonado con el premio Nobel de Literatura en 2010.

Uno de los grandes atractivos para los niños de esta colección son las ilustraciones que acompañan a cada título. "Fue una idea que tuvimos desde el principio: que los ilustradores trabajaran al lado de los autores para que los relatos fueran mucho más coherentes. El resultado es que todas las obras han quedado bellísimas", dice Arturo Pérez-Reverte, el responsable de la colección. En el caso de Fonchito y la luna es Marta Chicote Juiz quien dibuja esta historia tierna e inocente, ensalzando el espíritu del libro que se podrá conseguir este domingo con EL MUNDO.