A lo mejor, tiene razón Cioran,
como pensaba mi antiguo amigo, el pedante ultraconservador,
y no se puede conciliar la verdad para ser coherente
y evitar el sufrimiento de la culpa,
a lo mejor,
el único hombre digno de tener la conciencia tranquila
sea el que acaba de trabajar tan cansado cada día
que no tiene humor para celebrar tan deseable tesoro,
a lo mejor,
los únicos que pueden predicar sobre el bien son los navajeros
y esos fríos de alma
para los que soñar y ser sensible y humilde
es de burgueses,
tal vez, combatir el fascismo sea tener malicia suficiente
para robar libros en el Corte Inglés
y entrañas tan crueles que guarden
un infinito e íntimo rencor contra la gente corriente,
a la manera de mi antiguo amigo, el maltratador psicológico,
para quien nadie era tan decente como él
ni merecía tanto,
tal vez, solo por ser uno hijo de un guardia civil,
merezca la persecución asfixiante
de los jóvenes sanos y demócratas, que van a salvar a la humanidad
con sus chismes, sus mofas y sus poses angelicales,
así como parecía suceder en mi primer año de universidad,
tal vez, uno tenga que reírse del homosexual y criticarlo
y preocuparse por aparentarse puerilmente obsesionado
por el sexo y la virilidad
para no dar a nadie pie a que piense
que uno podría dar su amor
a alguien que no aprueba la sociedad,
razón por la que yo fui sin cesar atormentado
por mis compañeros de universidad,
pese a estar tan llenos de odio contra esos fascistas
que según ellos, había por todas partes,
tal vez, yo sea un hombre blando y aburrido,
poca cosa para una mujer, como insinuaban sin cesar
mis amigos y amigas
y no pueda quererme nadie en el mundo
como me quiere mi madre,
como ella misma me ha dicho alguna vez,
tal vez el ser humano, en el amor sea tan decepcionante
como lo fue Judas Iscariote y su único interés sea el sexo
y sea incapaz de una completa lealtad,
como dicen los científicos,
de un afecto sin fisuras, de una bondad sin trampas,
de tener como algo suyo el bien de los demás,
quizá la mayoría de las mujeres son infieles
como cuentan esos sondeos de opinión para revistas porno
y es estúpido depositar
la esperanza de un alma en el corazón de una de ellas,
a lo mejor, la certidumbre de tu amor verdadero y profundo
sea una de esas medias verdades, mentiras cuando las mira otro
en las que Cioran decía que consistía el pensamiento
porque sufrir y hacer sufrir le parecía imprescindible
siendo de una especie tan digna de la ira divina
y también, de la propiedad privada
pero como llevando su discurso a las últimas consecuencias,
también su verdad es una mentira,
me quedo con la mía y te seguiré siendo fiel hasta mi muerte
para que goces de mí
ya que aunque Ciorán no crea que exista,
con tanta certeza, necesitas que te quiera.

©Luis Rafael García Lorente