LA VENTANA INDISCRETA
Alfred Hitchcock, 1954

Alfred Hitchcock siempre buscaba sus temas en historias poco conocidas y, algunas veces, de poca calidad. Por ejemplo, Vértigo es una película basada en una novela policial de poca monta: De entre los muertos, del escritor francés Pierre Boileau, y de ella el gran cineasta hizo una obra maestra en todo sentido.
La ventana indiscreta no se basa en una obra literaria, proviene de un guión, pero Hitchcock creó un filme de alta calidad visual, con una cámara que es la vida misma de sus personajes, todos actores y actrices reconocidos: James Stewart, Grace Kelly, Raymond Burr.
Sólo en otra de sus películas de suspenso: La Soga, utilizó el maestro la cámara como el propio ojo situado en un lugar fijo, desplazándose por la escena sin cortes ni montaje durante minutos muy largos. Una experiencia hasta entonces desconocida.
El tema del filme es la obsesiva permanencia del protagonista, con su cámara fotográfica, ante la ventana de su apartamento, debido a la inmovilidad que sufre por un accidente que lo obliga a estar en una silla de ruedas. Desde allí vigila al vecindario, un perfecto voyeur, y descubre que en una de las viviendas del edificio del frente se ha cometido un asesinato. En la investigación del crimen desde la inmovilidad ocurre la trama, en un espacio reducido al cuadro de la cámara de fotografía del protagonista, hasta el desenlace inesperado.
El método que Hitchcock ha llamado Mac Guffin está presente en este filme. Consiste en proponer temas que en nada se relacionan con la trama central que se desarrolla. Es, sin embargo, la razón o pretexto que mueve la narración como suspenso. El matrimonio o la soltería, que la pareja discute largamente, y otros temas que en nada tocan al episodio de suspenso, constituyen la teoría del Mac Guffin en la película La Ventana indiscreta, porque sirven de soporte al motivo que tiene el protagonista para indagar con la cámara fotográfica la vida circundante. Con esa visión general del vecindario mediante la cámara, van apareciendo las vidas de quienes allí habitan, con sus caprichos, juegos, peleas: todo lo cotidiano.

La escena se inmoviliza durante largo tiempo, fija en una ventana del edificio contiguo, para desplazarla luego, con lentitud, hacia lugares próximos del apartamento donde se ha cometido el asesinato.
La película nos presenta ya a un cineasta profesional que conoce los recursos de las cámaras y el juego de luces y sombras.
El interés de los espectadores se mantiene despierto para sentir la misma ansiedad que vive los personajes protagónicos en la obra.