Bosques hogar de la vida, hermano lobo,

bosques abrigo de lumbre silvestre

flameando en la nieve sus pétalos rubios,

germinando en el grano centelleante,

ardiendo en la amapola su salud salvaje,

elevando en las setas secretas señales.

De la sierra arroyos linfas girantes,

aguas que climas íntimas mudanzas

migrando en las decisiones del sistema,

despeñando su alegre cristal tintineante,

humedeciendo mejillas ruborosas,

aguas delgadas arroyos cantando.

Bayas abigarradas uvas salvajes,

galope de frescos colores guiñantes

desatando su ímpetu por la campiña,

avellanas de claustro fosforecente,

violetas de delirantes exhalaciones,

liquenes en espiral, ácidas maderas,

arreboles de sol a la flor prendidos,

mágica enramada de mágicos ruidos,

despliegue de poderes de la tierra,

desde cuándo hogar de afanosas patas,

desde cuándo habitación de orejas nocturnas,

recinto de la áspera intemperie,

nido de recias vidas transhumantes?

Desde cuándo allí espectantes pupilas,

vuelos que la noche sella o derrumba,

reverbero de minúsculas antenas,

saltos de súbita acrobacia canina,

hormigueo de nerviosas alas flameando?

Guarida de la salud, hermano lobo,

teofanía de climas inescrutables

mudando sus rostros en el tiempo ciego,

enseñando sus síntomas silvestres.

Allí rudas progenies en relevos,

huéspedes que huesos, que cráneos ebúrneos,

que agudo marfil en el roce desgastado,

cuencas desde donde puro institnto primario,

fallecimientos osarios continuidades.

Allí crecimiento, fulgor y derrumbe,

pábulo de la luz enraizada,

albor desde donde vuelos, aletas,

olisqueo de tenues humores en fuga,

danza ritual de semilla y de muerte.

Espesura silente íntimo espacio,

ámbito de la libertad salvaje,

sellado sueño de claves de sangre,

hogar y sino de vidas desnudas,

tu reino planetario, hermano lobo.

Que tu instinto animal, que tu aullido,

que tus resistencias de climas abruptos,

que tu pelaje invicto en la nieve,

que tus patas de tortuosas distancias,

que tu indestructible sed de existencia

más poderosa que la inteligencia,

más potente que el músculo enguantado,

más hostil que la ira del látigo,

más férrea que los barrotes cruzados,

para que la tierra patas transhumantes,

para que ríos linfas despeñadas,

para que el espacio élitro libres,

para que la hojarasca ruidos crispados,

para que el humus izadas simientes,

para que la corteza húmedos milagros,

para que la raíz propagaciones,

para que setas y moras y juncos,

para que heroicos racimos vegetales,

para tu noble progenie, hermano lobo.

Toda una eternidad, hermano lobo,

millones de años, ciclos cósmicos

maduró girando la piel de la tierra

para tus patas de sed transhumantes,

para tus ojos de ruda intemperie,

para tus hijos de egregia prosapia.

Voy en el remolino de los vientos

indagando climas y latitudes,

oliendo el perfume pétreo del agua

precipitarse aún desde las peñas,

flameando en el estandarte malherido

de los brumosos bosques ultrajados,

latiendo en el duelo de la geografía.

     De: Hermano lobo (1995)