Calculando vivo en tinta, calculo a diestra y me largo
a Millas surcando el limbo a conciencia. Vuelvo con
águilas presas y entre adjetivos comillas, les doy las
gracias al alba y las vivas a la estima. Me digo que
tengo vida e influencia; y salgo a inspirarlos con ella…  
 
Me vuelvo y pongo a siniestra la bandera de mis
penas, de las promesas no hechas, y de las metas
que me quedan. De las dudas y las vendas, de llantos
y flechas ternas. De las querellas más cruentas y de
las tensiones del día que comienza en mis tinieblas.
 
Le ruego a aquel que me lea, cuando quiera y si le
tienta, que solo tome consciencia que la historia es
duradera; que todo lleva paciencia. No doy concejos
en temas, ni escribo frases leyendas, juzgo bien justo
la escena y no me tientan trastiendas y azoteas.  
 
No envío cartas con lemas, ni paro amor riendas
sueltas, pues tengo frenos mareas bajo cascadas de
piernas, que se enredan como jergas.  Mis cielos
saben de estrellas bajo firmamentos de letras, donde  
hay un Sol que merodea; con una Musa de Hembra.
 
¡Calculando vivo en tinta y mi poesía me lo aprecia!
 
Calculando vivo en ella día a día, el teorema de la
vida sin violencia, de la inteligencia placentera y de
la filosofía sin profetas. Calculada y bien pensada
no hacen falta otras leyendas que las nuestras. Ya
que aun hechas, las vivencias suenan raras…  
 
¡Imaginen si las cuentan con el misterio que llevan!
 
Ya nada me causa penas, porque he vivido las malas
después de haber visto buenas. Ya nada me mata el
alma y no creo en cuentos de Hadas. Yo he negociado
con mafias y me he batido con ranas, me han dado
golpes en Francia y he pervertido mis sabanas…
 
En Valencia me han robado mis mecánicas mundanas
unos españoles de la tralla, se pensaron que eran raras
porque en una librería me encontraba buscando un
libro de marras. Y en Jerusalén me expuse a las balas
urbanas, a los ritos y las redadas callejeras empedradas.
 
Por un manto y una capa que bajo bombas volaba,
me embriagué con un Judío Árabe que hasta en
Católico hablaba; y me contó sus andanzas y sus
dolores de patria, de los pobres y los parias. De Jesús
y de su sabia, de Marx, de Freud y de Arabia…
 
Me dijo las bombas matan, tanto como la miseria
humana; y le respondí camarada, un día contaré esta
estampa en una página. El día que las rosas blancas
lluevan sobre un mundo de amalgamas mágicas. Y
ese día si tu faltas, vendré a buscarte a tu casa.
 
He bajado mi Cruz de Papa y la he plantado entre
faldas que se han creído blindadas; y luego han
pecado amándola y han sonreído mojadas. Me he  
escapado de la Habana sin esperar carta blanca; y he
dicho con esperanzas, que a ella volveré mañana.
 
¡Calculando vivo en tinta allá en mi isla; pues la
pienso cada día aquí con letras imprevistas!
 
Calculando vivo en tinta la tragedia y las sonrisas,
las penas, ruegos, querellas, fuegos del alma y cenizas,
la verdad y la esencia viva, la muerte Dios y las
mentiras. Un dos más dos, un cuatro acuesta, un
quinto salva la misa; baja el telón y apaga velas.
 
Ya se acabó la primicia y ahora vienen las noticias
duraderas, los parajes, la neblina, el noticiero y la envidia.
 
Calculando los teoremas de la vida de un artista que
no busca a ser leyenda, solo a vivirla tranquila como
dice en sus poemas con consciencia. Solo ha pensar
que algún día la paz reinará en la tierra; y que habrá
puesto su granito en ella, aunque haya sido con letras.
 
¡Calculando vivo en tinta; y quien me acepta genera!
Picture by Ariel Arias.