La historia comienza en Katmandú, ciudad nepalí llena de templos que, tras el terremoto de 2015, quedó arrasada. Después pasamos a Buitrago de Lozoya (Mandrid) donde el escalador Félix Boguñá conocerá a Rafael Andrade, descendiente lejano de Cervantes, que influirá sustancialmente en toda la novela.

Cervantes murió en 1616 y fue enterrado en la cripta de la iglesia de las Trinitaris de Madrid, actual Monasterio de S. Ildefonso y S. Juan de Mata, fundado en 1609 por Francisca Romero Gaytán, hija de Julián Romero, general de Felipe II que destacó en Flandes. En este lugar profesaron las hijas de Cervantes y de Lope de Vega. La iglesia fue demolida y reconstruida entre 1673 y 1690.

En tal escenario se desarrolla en capítulo V donde dos escaladores profesionales descubren en esa cripta una copa de plata con extrañas inscripciones árabes que corresponden a la localización de un tesoro en Turquía. A partir de aquí, los lugares más importantes donde se desarrolla la acción son:

Estambul; Torre de Leandro o Torre de la Doncella. Este edificio de 1200 m2 se construyó sobre una zona rocosa en medio del mar, a unos 200 metros de la orilla. Los nombres de la torre provienen de dos leyendas; una, relacionada con un emperador bizantino que encerró a su hija para protegerla de algún mal. Desgraciadamente una serpiente que salió de una cesta de uvas que una bruja había llevado a la torre le picó y la pobre princesa murió como habían presagiado los oráculos, de ahí su nombre de Torre de la Doncella. El nombre de Torre de Leandro es la adaptación de la leyenda mítica que cuenta la relación entre Leandro y Hero, sacerdotisa de la diosa Afrodita. Leandro, cada noche atravesaba a nado el Bósforo guiado por el resplandor de la antorcha que encendía Hero, pero una noche la tormenta apagó la tea y Leandro murió ahogado. Cuando Hero supo la noticia se arrojó a las aguas y pereció. Ovidio trató esta historia así como otros autores literarios, pintores o escultores. En los documentos históricos se cuenta que aquí se construyó un castillo por Alkibades durante la guerra entre Atenas y Esparta, s. V a.C. El castillo, tras la conquista de la ciudad, fue reconstruido por el sultán Fathi. La torre, en el s. XVI, se utilizó como faro. Su aspecto actual proviene de finales del siglo XIX, época del sultán Mahmut II. Ha servido de faro, semáforo, puesto de aduanas, casa de retiro para oficiales de la marina, cuartel de inspección de la marina turca y, en la actualidad, restaurante de alto standing. Aquí es donde comienza la búsqueda del tesoro cuyo mapa guardó la hija de Cervantes escondido en su tumba.

Otros escenarios que los protagonistas visitarán de la mano de un experto guía durante su estancia en Estambul son: La mezquita Azul, obra de un discípulo del gran arquitecto Sinan, Santa Sofía, exponente de la arquitectura bizantina, Palacio de Dolmabahce, Palacio Berlerbeyi, Palacio de Topkapy y diversas mezquitas diseñadas por Sinan. También visitarán la montaña de Kamlika, con su panorámica sobre la ciudad de Estambul, el Puente y Torre de Gálata y un sinfín de lugares típicos como el Gran Bazar.

Después viajarán a Ankara, capital y sede del gobierno actual, y se desplazarán hasta la fantástica comarca de Capadocia y sus ciudades subterráneas donde transcurre casi toda la novela y donde rodeados de peligros insospechados hallarán algo más que un tesoro... Llegarán hasta Antalya, costa del Mediterráneo, y a Konia, ciudad de los derviches giróvagos, pero no terminará aquí su periplo; Nueva Delhi (India) y Dubrovnik (Croacia) también aparecen en su dilatada aventura.

No es una novela sólo de viajes, tampoco turística, es una novela de acción, de intriga y de gran actualidad escrita como un guión cinematográfico para no cansar al lector en ningún momento.