En su artículo 49, la Constitución Española de 1978 responsabiliza a los poderes públicos de la toma de las medidas necesarias en cada caso para que las personas discapacitadas disfruten de los derechos sociales que el Título I otorga a todos los ciudadanos por igual. Por ello, y como en los demás ámbitos sociales, para garantizar el acceso a todos a los recursos culturales, educativos, de ocio, etc., es indispensable evitar y eliminar todas aquellas barreras y obstáculos que impiden o dificultan a los discapacitados el desarrollo autónomo y libre de dichas actividades.

En el caso de los Archivos y las Bibliotecas, el logro de la accesibilidad debe satisfacer las necesidades específicas de los diferentes tipos de discapacitados (físicos, psíquicos, sensoriales) a través de soluciones de arquitectura, mobiliario, instrumentos, fondos y personal especializado.

Es vital que las soluciones de accesibilidad faciliten el uso de estos centros tanto a los usuarios como a las personas discapacitadas al acceso y estarán debidamente señalizadas.

La accesibilidad en el interior del edificio debe permitir la circulación de una persona con silla de ruedas tanto en los desplazamientos horizontales, a través de las puertas, pasillos de acceso y de estanterías, como en los verticales, mediante ascensores (con botoneras resaltadas en Braille) y rampas equipados con pasamanos. El piso debe estar libre de obstáculos (alfombras, cables, escalones, etc.)

Las señalizaciones tienen que estar correctamente ubicadas y resaltadas en Braille.

Debe haber aseos y servicios higiénicos adaptados, tanto de señoras como de caballeros, y debidamente señalizados.

El mobiliario ha de ser adecuado en sus características ergonómicas y los instrumentos tecnológicos (atriles, flexos adaptados, iluminación indirecta, lupas-TV, etc.) deben tener una altura accesible para las personas en silla de ruedas.

Un equipo informático adaptado para discapacitados debe contar de escáner, impresora Braille, ordenador con monitor, teclado y ratón adaptados y software específico:

- Ampliación de caracteres en pantalla para personas con gran déficit visual

- Lectores de pantalla para ciegos. Utilizan dispositivos de voz y/o Braille.

- Correo electrónico, chat y videoconferencia para discapacitados auditivos.

- Reconocimiento de voz para escribir al dictado y dar instrucciones verbales al ordenador, y otros programas que adaptan el teclado y el ratón a necesidades específicas, para discapacidades manipulativas.

- Reconocimiento Óptico de Caracteres (O.C.R.) capaz de interpretar y reconocer la digitalización de un documento realizada por un escáner, presentándola en un periférico: pantalla, impresora, síntesis de voz, línea Braille, etc.

Los teléfonos, sistemas de seguridad y servicios de fax y de correo electrónico, deben equiparse con señal visual para los discapacitados auditivos.

Es imprescindible la existencia de fondos accesibles, como material audiovisual subtitulado y libros en Braille, en grandes caracteres, sonoros, digitales.

Para atender y suministrar la información de manera eficaz es indispensable la dotación de personal especializado que conozca, por ejemplo, el lenguaje de signos o el sistema Braille.

Denunciamos que los Archivos y las Bibliotecas de España no están dotados para recibir a los ciudadanos discapacitados. De los diferentes tipos apuntados, la accesibilidad arquitectónica es la que se logra en mayor número de centros. La aplicación del resto de las soluciones es prácticamente inexistente. Es necesaria la implicación de los profesionales y una mayor dotación presupuestaria para conseguir que los discapacitados accedan fácilmente a la información contenida en estos centros.