La 77ª edición del Festival de Venecia se inauguró el miércoles 2 de septiembre con una histórica ceremonia en defensa de la experiencia colectiva y presencial de las salas de cine ante la amenaza que presentan los gigantes del streaming como Netflix –y que se habría visto muy acentuada tras el confinamiento por la pandemia del coronavirus.

Los directores de los festivales Karlovy (Karel Och), Rotterdam (Vanja Kaludjeric), San Sebastián (José Luis Rebordinos), Locarno (Lili Hinstin), Cannes (Thierry Frémaux) y Venecia (Alberto Barbera) se unen en la inauguración de la Mostra para defender las salas de cine

De esta forma, la película inaugural, Lazos, del italiano Daniele Luchetti, quedó ensombrecida, pese a las buenas reacciones que suscitó, por la lectura conjunta de un comunicado a favor de la gran pantalla que llevaron a cabo los directores de los mayores festivales de cine europeos –incluidos Thierry Frémaux (Cannes), José Luis Rebordinos (San Sebastián), Carlo Chatrian (Berlín) o Tricia Tuttle (Londres).

“Hoy, las salas de cine vuelven a abrir sus puertas, pero, como los festivales, lo hacen con cierto grado de incertidumbre y preocupación”, arrancaba el discurso pronunciado desde el escenario inaugural (según recoge Variety).

“Pero también lo hacen con esperanza y convicción, porque saben que ahora, más que nunca antes, nadie puede vivir sin el cine. Nadie puede vivir sin películas que sean vistas en una sala, proyectadas sobre una gran pantalla, con un público, entre el parloteo y el silencio”.

“Esta noche nos gustaría repetir esto firmemente: debemos cuidar nuestras salas de cine. Y todos juntos, ellos y nosotros, las salas y los festivales, debemos comprometernos a cuidar de las películas, de los artistas, de los profesionales, de los críticos, de todos los que hacen posible el cine”.

El propio director de la Mostra, Alberto Barbera, vaticinó que los festivales podrían acabar teniendo un “papel reducido” tras la pandemia, en vista de que los mayores certámenes del mundo han cancelado sus últimas ediciones o se ofrecen en dudosas versiones híbridas que combinan visionados online con proyecciones físicas.

“La sensación de ver una película de con tar gente es la esencia misma de la industria del cine. Debemos apoyar a los cines. Muchos siguen cerrados a día de hoy, y otros nunca volverán a abrir”, añadió Barbera antes de describir la lucha por reabrir los cines y volver a los festivales presenciales como una “batalla por la civilización y la cultura”.

Barbera recordó que la pandemia de Covid-19 ha dado mucha ventaja a las plataformas de streaming en la lucha por los espectadores, y que el aumento de suscripciones a Netflix, combinado con el cierre permanente de salas de cine, podría resultar fatal a menos que la industria muestra solidaridad